SAN SEBASTIÁN crecía a ritmo acelerado. La vieja ciudad aprisionada hasta 1863 por sus murallas, se extendía en un ensanche ideado por Cortázar, en el que trabajaban principalmente canteros venidos de toda Guipúzcoa.
En el verano de 1881 se estaban construyendo en la Avenida una casa de la señora viuda de Parga, dos del señor Blasco, cuatro del Marqués de la Laguna, una del Duque de Bailén y una del Marqués de Valdemediano.
En el paseo de la Concha, una "gran fonda" (así calificaba el periódico al futuro Hotel Continental) y dos casitas lindísimas. En el paseo de la Zurriola tres casas. En la manzana del parque de Alderdi Eder había en aquella fecha dos edificios a punto de ser terminados y uno con los cimientos a la altura de la rasante. En la calle de Zubieta, tres casas, en la calle de Vergara, dos, en la calle San Marcial, seis y una en la calle Garibay.
En total según estos datos, veintiocho nuevas casas, a las que había que agregar el Palacio de la Diputación, que sería pasto de las llamas en diciembre(25) de 1885 a los pocos meses de haber sido inaugurado, y las excavaciones comenzadas para el edificio destinado a la sucursal del Banco de España, en la calle Garibay.
El periódico "El Urumea" del que tomo estos datos, se preguntaba que sería de la nube de jornaleros que se quedarían sin ocupación y sin pan para sus familias cuando se acabaran aquellas construcciones. No sabía que la expansión de la ciudad continuaría hasta Amara y en la orilla derecha del Urumea surgiría una nueva Ciudad y pronto el edificio del Casino sería una realidad.
Y junto a esta información, que podríamos calificar de "altos vuelos", otra bien curiosa publicaba el periódico. En la tienda que en la calle del Pozo (actual acera del Boulevard) tenía el señor Bentem se había expuesto aquellos días varios tejidos de seda fabricados por el activo industrial don Gregorio Lopetedi, cuya seda procedía de los gusanos criados en los robledales de Guipúzcoa.
Escribía el periódico El Liberal de Madrid, tan atento a los aconteceres en nuestra ciudad : "Un acontecimiento grande y plausible constituye para Guipúzcoa el hecho, tan sensible al parecer, de mostrarse en los escaparates de San Sebastián las primicias de una nueva industria, con perseverante esfuerzo implantada. Son varias piezas de tejidos de seda, cuya seda procede del gusano aclimatado en los robledales guipuzcoanos. Tal es, pues, la realización feliz de los que muchos consideran utopía y el principio acaso de una fuente próspera de actividad y riqueza".
(KOXKAS - R.M.)
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