miércoles, 7 de diciembre de 2022

EL CALENDARIO BAROJA

Un día triste de diciembre de 1688

Dos figuras de 1951

Fecha triste

Histórica función votiva

Aquel 7 de diciembre

La explosión de 1688

El pase foral

"Poesía" sobre San Sebastián

La catástrofe de 1688

Las castañeras

La boina proscrita

La explosión del Castillo en 1688

El Seminario

Cofradía Vasca de Gastronomía

Regimiento de Sicilia

La tempestad

La voladura del castillo

EL DIPLOMÁTICO LOJENDIO

La gran borrasca

El Fuero de San Sebastián

Un caserío histórico

La explosión en el Castillo

De la pesca a la caza

Diciembre

Pesca de sardina

El "Topo"

Asesinato en el Consulado

Anuncios de 1873

El retrato de Lacy Evans

Republicano, poeta y fuerista

Un poeta popular

Daños

El Monte Ruso

La plaza Nueva

Nuevo director del Festival

lunes, 5 de diciembre de 2022

EL PODAVÍN DONOSTIARRA

 Resulta grandemente curioso el conocer el conflicto surgido entre patronos y obreros del agro donostiarra, enfrentándolos en detrimento de los intereses de ambas parte y de la propia producción. El rendimiento de las viñas y manzanales donostiarras había experimentado en el siglo XVI grave quebranto, por supuesto falta y culpa de los podavines, que querían aumentar sus jornales. Creyéndose mal remunerados pedían y hasta exigían retribución mayor y a falta deotros recursos, acudieron a la huelga.

El buen sentido donostiarra de amos y criados, de patronos y obreros, se impuso. El conflicto halló cauce jurídico para su más justa resolución apenas planteado. Lo que hoy llamaríamos patronos eran conocidos con los nombres de amo, propietario o heredero, y los obreros con los de trabajador, jornalero, cavador o podavín.

Los trabajadores del campo estaban divididos en tres categorías : los oficiales, los mozos o criados y los aprencices. La edad mínima de estos últimos estaba fijada en los quince años. La duración de la jornada de trabajo era de sol a sol, esto es de seis de la mañana a seis de la tarde durante los seis meses más benignos del año, y de siete de la mañana a cinco de la tarde el resto del año. Por tanto durante seis meses la duración de la jornada era de doce horas nominables y de diez durante los otros seis, "sin salir de la labor", esto es, al pie del tajo, pero interrumpida por dos períodos de una hora para comer y merendar respectivamente, seguidos del correspondiente descanso.

La remuneración era un jornal "cómodo y honesto" para el trabajador; soportable y conveniente para el amo. Era una remuneración en especie y en dinero; desde un real hasta un real y cuartillo, más el pan y companage, según clase de trabajo y companage que consistía en tocino, chorizo o queso.....

El trabajador no podía abandonar el trabajo caprichosamente ni el amo despedirlo arbitrariamente o injustamente. Un tribunal especial tenía facultades para terciar, estudiar y dirimir conflictos y diferencias entre patronos y obreros. El trabajador tenía que hallarse inscrito en el libro-registro de la profesión como tales trabajadores y en caso contrario no podían trabajar como asalariados.

Amos y criados se reunían anualmente en la iglesia de San Martín, sita en los arenales extramuros de la villa, para la elección de los cuatro diputados y de los tres hombres buenos que constituían la Comisión de la  Hermandad para el examen de cuentas y resolución de los conflictos. Todos estos datos están tomados del libro "El trabajo agrícola donostiarra en el siglo XVI" del que fue autor José Manuel Gandásegui, delegado del Trabajo de Guipúzcoa.

KOXKAS - R.M. - 05/12/2002


Unos originales huéspedes

Algas en la Concha

El temporal

Victoria donostiarra

La pesca de la merluza y el congrio

Curiosidades

Una ballena

Bacaladeros

Curiosidades

Los que estudiaban

Preparando el Carnaval

Gonzalo Bajo

El puente María Cristina

La tragedia de 1688

Presupuestos

El "Topo"

 Hoy cumple setenta años de vida y está más animoso y ligero que nunca. El ferrocarril de la frontera, más conocido por el "Topo", sigue uniendo San Sebastián y Hendaya y ni la abundancia de automóviles, ni las mejores carreteras, ni las autopistas pueden con él. Y con las recientes mejoras en el material fijo y móvil, el "Topo" tiene un clao porvenir.

Fue el jueves 5 de diciembre de 1912 cuando comenzó a funcionar el nuevo ferrocarril.

Villa Londaiz

LA FIGURA DE MAURICIO DAMBORENEA

Buenaventura Barcaiztegui

Brujas y brujerías

José Arana

La pesca del besugo

Los guardias rurales

Se pide una colegiata en San Sebastián

El órgano de San Vicente

La pesca del bacalao

Sociedades

Versos

La "cesta"

Sus primeros pasos

Labor del Asilo

¡Vencedores!

Los precios de las angulas

Final de Arana

Una labor

ELOGIOS A LA CIUDAD DESDE MADRID

Nostalgia del ayer

El Coro Maitea

Curiosidades marítimas

Un día cualquiera

La Cofradía de Mareantes

Versos a los vencedores

Nostalgia

La unión de Astigarraga

Escuela para aldeanas

Carril

Brujas en la ciudad

Fiebre constructora

El Círculo Mercantil e Industrial

El monumento a Mari

La regata olímpica

José Arana

El CAT

Campeones del Cantábrico

Los alrededores

Curiosidades

El Kursaal

La Sociedad Bellas Artes

La apoteosis

Estrenos de cine

Marinos

La galerna

Homenajes

Evocación

Presupuesto 1909

El recibimiento

Luis Carril

Impuestos

Inauguración

Las campanas de Santa Teresa

lunes, 28 de noviembre de 2022

Un baile histórico

 Era un baile tradicional, histórico, el que celebraban en la Plaza pública, frente al Ayuntamiento de Villafranca de Ordicia, los casados y las casadas en el transcurso del año.

Acudía el Ayuntamiento que presidía el baile y se congregaba el pueblo que seguía el aurresku de los nuevos matrimonios.

Pero lo histórico era que en este baile ellas se ataviaban con sendos mantones de Manila. Y estos mantones tenían su origen y razón de ser en Urdaneta, quien según la tradición trajo, mandó traer o envió los primeros mantones de Manila que el insigne ordinario regaló a la Cofradía de Santa Ana, para uso exclusivo de las santeras en un baile de cada año.

No hay pruebas históricas si se realizó semejante obsequio de Urdaneta y si intervino en la cuestión. Tenía ya el fraile guipuzcoano avanzada edad - entre 55 y 60 años - y no andaba muy bien de salud, siendo entonces requerido por el rey Felipe II para el negocio de las Islas del Poniente -archipiélago de Magallanes-.

Urdaneta no era partidario de la conquista, pero fue elegido al ser considerado por la Audiencia de Méjico y por Felipe II el único nauta capaz de enderezar a buen término la expedición marítima y aseguarar el retorno de dichas islas a Méjico.

Desde la isla de Cebú, Urdaneta volvió el primero de junio de 1566 a Méjico, dejando a Legazpi y sus soldados y misioneros en la faena de la conquista y evangelización de dichas islas.

DE donde se deduce que Urdaneta estuvo en las islas Filipinas durante tres meses, gran parte de este tiempo a bordo, o sea, desde el 13 de febrero al primero de junio de 1566, más como nauta que como evangelizador.

En la isla de Bohol se encuentran con un portugués que había ido a aquellas islas a comerciar, y los españoles se encontraron con diversas mercancias como sartenes, vidrios, hierros de lanzas, campanas de cobre, porcelanas, mantones pintados de la India .... Probablemente a título de regalo por sus buenos servicios de intérpretes, los de Borneo le dieron a Urdaneta unos mantones, que él destinó a ataviar a las santaneras de su pueblo, "como obsequio a la Cofradía y recuerdo de la más memorable empresa de su vida cual cual fue su intervención en Filipinas."

Fueron llamados de Mnila, pero aquellos pañolones de seda pura bordados en sedas de colores representando flores y pájaros, es dudoso, fueran de Manila, pues todavía no había sido descubierta y conquistada.

La historia nada nos dice los primeros años de Urdaneta en Oyanguren, su caserío natal, ni de su viaje a España en 1566 con el P.Aguirre y de sus entrevistas con el Rey

KOXKAS.-R.M. - 01/12/2002


San Andrés de Eibar

Vidas sombrías

Apodos

Los días de la mantilla

La regata famosa

 Rodrigo Soriano, destacado donostiarra, que años después fue embajador de España en Chile, reseñaba así la famosa regata de Ondarroa-San Sebastián, que tuvo lugar el 2 de diciembre de 1890.

"Las pesadas traineras tocan en las balizas y parecen agitadas como el caballo de carrera que espera ansioso, para arrancar, el sonido de la campana.Uno tras otro se hunden en las lanchas los fuertes  marinos, se ven oscuras blusas, fajas rojas y amarillas, boinas negras. Los ondarreses desafian al aire crudo, mostrando sus brazos desnudos de carne dura como mazas de hierro.

Sobre la lancha esperan la señal con los remos en alto. Parecen los gladiadores bajo el palco del César. 

Suenan entonces dos toques de corneta.

El pregonero

Dos tiendas de charcutería

Naufragio en temporal

"Los Xey"

Vuelve Imperio Argentina

El recibimiento

Labor social de la C.de A.P.

Luis Carril

 De aquella ya legendaria regata entre Ondarroa y San Sebastián, celebrada el martes, 2 de diciembre de 1890, se escribió mucho y también del patrón de los donostiarras, Luis Carril. Pero ¿cómo era aquel mariñel?

Había nacido en San Sebastián, el 25 de agosto de 1846, por lo que tenía 44 años en el momento de la regata. Desde joven destacó en el barrio de la Jarana por lo arriesgado y travieso que era. Ya de mozo había cambiado y se mostraba apacible.

En lo físico era enjuto, pesaba 59 kilos, de rostro curtido por los soles y los vientos de la mar, de mirada inquieta y viva, bajo de estatura, algo cargado de hombros.

Una ballena

La Inauguración

 Más de quinientas personas asistieron la tarde del 1º. de diciembre de 1895 a la solemne inauguración del Palacio de Bellas Artes. Todo eran elogios al buen gusto y a la elegancia que habían presidido la decoración de las diversas salas del edificio. La prensa local se hacía eco del acontecimiento, y así "La Voz de Guipúzcoa", por la pluma de su director Angel María Castell publicaba al día siguiente una información a la que pertenece el siguiente párrafo:
"El bello sexo tuvo en la fiesta numerosísima y lucida representación. 

Eustasio de Amilibia

Informe del claustro

Una propuesta de las monjas de Santa Teresa

sábado, 5 de noviembre de 2022

LA AVENIDA DE LA LIBERTAD

 LA AVENIDA DE LA LIBERTAD

El reloj del Boulevard

 El reloj del Boulevard

El Asilo de San José

 El Asilo de San José

El enterrador de Polloe

 El enterrador de Polloe

Felipe III en San Sebastián

 Felipe III en San Sebastián

San Sebastián a finales de siglo

 San Sebastián a finales de siglo

Valor del ensanche

 Valor del ensanche

De Baroja a Alekhine

 De Baroja a Alekhine

Caridad

 Caridad

Mirando llover

  Mirando llover

Pocos carteros

 Pocos carteros

Estación de invierno

 Estación de invierno

Menús

 Menús

La Academia de Cocina.

 La Academia de Cocina.

Felipe III, en la villa

 Felipe III, en la villa

Isidro Ansorena

 Isidro Ansorena

Primeros turistas

  Primeros turistas

Un Papa en San Sebastián

 Un Papa en San Sebastián

viernes, 4 de noviembre de 2022

EL GRAN CAFÉ SUIZO

El Gran Café Suizo

MIS lectores mayores, recordarán con nostalgia el Café de  la Marina, que abrió sus puertas el 17 de febrero de 1867 con un baile de trajes. Estaba, lo digo para los lectores que no le conocieron. en el número 2 de la calle de Garibay, esquina al Boulevard.Fue construido expresamente para café, con amplios ventanales, techos muy altos y un decorado suntuoso. El sitio que ocupaba era privilegiado, en el Boulevard, entonces el paseo por excelencia, al que concurría lo más granado de la ciu dad y de los veraneantes, donde la banda de música daba sus conciertos, que en verano eran diarios y el resto del año en señalados días y los domingos.

El primer empresario que rigió el Gran Café Suizo y de la Marina fue Moronatti, que supo hacerlo con mano maestra, cuidando los 17 retratos pintados expresamente para el local por Eugenio Azcue, representando a ilustres personajes de la historia de Guipúzcoa.

Era la época de oro de los cafés y por el de la Marina, según un cronista de la época, -desfilaron los más destacados políticos de la Restauración y de la Regencia; los más famosos artistas, los toreros de máximo renombre, los pelotaris en la época de mayor auge y popularidad de este deporte; la flor y nata de nuestra aristocracia en su época de más brillante decadencia; forasteros de todos los países, prohombres de todas las provincias, aventureros de toda catadura y laya, jugadores profesionales de ventaja y de alto copete, arrivistas, espías, nuevos ricos y también nuevos pobres, desertores de rango, refugiados de alta categoría, proscritos, desterrados, ministros sin cartera de ninguna clase, agentes secretos de la policía internacional, mujeres célebres y bellas, en una palabra, todo aquel maremagnum brillante, jocondo y heteróclito que fue desfilando por nuestra ciudad durante el medio siglo de su pintoresca, próspera, deslumbrante y apasionada existencia».

El café era suntuoso, con espléndidas arañas de cristal, que fue perdiendo clientela según la ciudad, tras el derribo de las murallas, se extendía hacia Amara, y su centro de gravedad iba pasando del Boulevard a la Avenida, agregándose a esto el cierre del Casino por la supresión del juego.

El café que nació de las manos de Moronatti murió en las de Florentino Rojo. Aquel espléndido local con su concurridísima terraza que fue el mentidero nacional político, artístico y taurino, cerró sus puertas en enero de 1946, y los que lo conocimos todavía lamentamos su suerte. Las mejores plumas de la época lloraron la desaparición del Café de la Marina en cuyos salones se habían escrito muchas páginas de la pequeña historia donostiarra.


KOXKAS  4 noviembre 2001 R. M.

Fuenterrabía

 Fuenterrabía

El escudo de nuestra ciudad

 El escudo de nuestra ciudad

Un bautizo

 Un bautizo

¿Quién mandaba en Polloe?

 ¿Quién mandaba en Polloe?

Carmelo de Echegaray

 Carmelo de Echegaray

CURIOSIDADES DE 1884

Curiosidades de 1884


Las comunicaciones navales no sólo con puertos europeos sino también americanos estaban bien servidas en el otoño de 1884. El 2 de noviembre de aquel año comenzó el servicio de barcos de las compañías generales Trasatlantiques desde Pasajes.

La primera línea iba desde el puerto guipuzcoano a Londres, con escalas en Burdeos y Saint Nazaire y regreso tocando en los mismos puertos. Salida y llegada una vez al mes.

Otra linea iba de Pasajes a Bélgica, al puerto de Amberes, con escalas en Saint Nazaire y el Havre, y regreso. Y la tercera línea unía los puertos de Pasajes y Liverpool, con escalas en Burdeos y Saint Nazaire.

Estas líneas combinaban en Burdeos con los vapores de las Mensajerías Marítimas que iban a Brasil y la Plata; en Saint Nazaire con los vapores trasatlánticos para Puerto Rico, La Habana, Puerto Cabello, La Guaira, Colón y Veracruz. Y en el Havre con la lí nea trasatlántica del Havre a Nueva York.

Otra noticia curiosa de aquel otoño. Por las mañanas. desde las 9 hasta mediodía. disparaba al blanco en la batería de Bardocas del Castillo la sección de artillería destacada en la plaza. Los disparos, según decía el periódico, eran en general buenos y algunos del ellos excelentes, siendo el blanco, situado a varios kilómetros en alta mar, destrozado. Se hacía el fuego con distintas piezas de diversos calibres.

Un accidente, que afortunadamente no tuvo consecuencias graves, ocurrió con un cañón Krupp. Al hacer el disparo se rompió una pieza de la culata, la cual saltó llevándose el kepis de un artillero, quien sufrió una ligera quemadura en la cara.

Acudía mucha gente a presenciar los ejercicios de fuego durante los cuales, para que se separaran las lanchas de pesca, se izaba en Bardocas una bandera.

Noticia de pesca. La noche del 15 al 16 de noviembre se pescó mucha angula en el Oria, principalmente entre Aguinaga y Marierrota. La cantidad pescada se calculó entre cien y ciento doce arrobas, la mayor parte de la cual fue traída a San Sebastián con lo que el mercado donostiarra quedó prácticamente saturado del preciado producto.

Los caseros de Usurbil, Aguinaga y Orio estaban haciendo su agosto. Solamente los colonos del caserío Simonenea, en el barrio de San Esteban de Usurbil, ganaron veinte duros en un solo dia, lo que era entonces mucho dinero. La angula que se vendia a 13 reales la libra bajó a 9 reales dada la cantidad recogida..


KOXKAS  4 novembre 94 R.M.

En el otoño

 En el otoño

Reglamento de pesca

 Reglamento de pesca

El paseo de La Concha

 El paseo de La Concha

Manuel Vidarte

 Manuel Vidarte

San Sebastián

 San Sebastián

"Trancazo" en Santa Teresa

 "Trancazo" en Santa Teresa

Ramiro de Maeztu

 Ramiro de Maeztu

El Boulevard

  El Boulevard

Florentino Rojo

 Florentino Rojo

La plaza de toros

 La plaza de toros

LA MONJA ALFÉREZ.

Caza en Gainza

 Caza en Gainza

Gentes de Guipúzcoa y los toros

 Gentes de Guipúzcoa y los toros

El escudo de Guipúzcoa

 El escudo de Guipúzcoa

En el cementerio

 En el cementerio

El Tenorio

 El Tenorio

Curiosidades

 Curiosidades

En recuerdo de Vicente Laffitte

 En recuerdo de Vicente Laffitte

Curiosidades

 Curiosidades

La final de pelota

 La final de pelota

Paul Morand y San Sebastián

 Paul Morand y San Sebastián

Viejas armas al museo

 Viejas armas al museo

El puerto donostiarra

 El puerto donostiarra

Impresiones de un francés

 Impresiones de un francés 

Polloe

 Polloe

Evocación en Polloe

 Evocación en Polloe

Toros y toreros

 Toros y toreros

Don Juan

El Tenorio

miércoles, 2 de noviembre de 2022

HECHOS CURIOSOS

Antonio Peña y Goñi

Curiosidades

El rayo verde

El barrio de los muertos

La antiquísima Cofradía de Ánimas

Noviembre

De comidas y figones

Precursora de la bomba atómica

La mortalidad en 1901

Monumento a los de Zubieta

Curiosidades

Impresiones de un francés

Penas canónicas

Recuerdo a los muertos

Impresiones en 1853

Peña y Goñi

Cementerios

martes, 1 de noviembre de 2022

UN MÚSICO EN ATENAS

Un convento donostiarra

POLLOE

 Polloe


POLLOE, el cementerio donostiarra, fue inaugurado en 1877 y el primer enterramiento fue. el de Cayetano Michelena, de 25 años, natural de San Sebastián, casado, que había muerto en la Beneficencia el 4 de octubre. Hasta que se abrió Polloe los cementerios en la ciudad. eran el de San Bartolomé, en el cerro de este nombre, y el de San Martín, que estaba aproximadamente donde hoy se alza la Audiencia y en la manzana contigua, donde se halla el convento y capilla de las Siervas de María.

El cementerio de Polloe está cruzado por calles, todas como es natural con nombres de santos: San Sebastián, San Lorenzo, San Prudencio, San Ignacio, San Martín, San Vicente, San Pedro, Santa Clara, Santa Catalina, Santa María, Santa Teresa.... Calles estrechas a cuyos lados se alzan panteones y cipreses. Calles generalmente solitarias, excepto cuando hay un enterramiento y en estos días de noviembre en que el recuerdo de los muertos se aviva ante las fechas de Todos los Santos y los Difuntos.

Resulta curioso saber que una zona de Polloe, donde estaba la llamada fosa común, separada de los grandes panteones, está dividida en calles cuyos nombres son los patronímicos de los concejales que formaban la Comisión de Gobernación: calle de San Fernando (Fernando Sasiain), de San Manuel (Manuel Lartigue), calle de San Casimiro (Casimiro Iturrizaga), de San Alfredo (Alfredo Camio), de San Nicolás (Nicolás Goitia).

La puerta de entrada al cementerio luce esta leyenda: «Pronto dirán de vosotros lo que hoy dicen de nosotros: murieron». Y otra leyenda curiosa la que luce el panteón del marqués de Casa Valdés: 'Ultima casa de Valdés".

También en el cementerio hay divisiones según el capítulo económico que acompañó a los allí enterrados. Hay panteones que llaman la atención por su buen gusto, hasta su suntuosidad. En Polloe descansan para siempre José María Usandizaga, el general Barroso, muerto cuando era ministro de Gracia y Justicia, los padres del cardenal Merry del Val, el conde de Serrallo.

Un panteón guarda los restos de algunos, no todos, de los donostiarras que se reunieron en Zubieta en septiembre de 1813 tras la destrucción de la ciudad en 1813.

Pasear por las calles de Polloe en una tarde melancólica, agregaba tristeza a los viejos recuerdos que venían a mi mente ante los nombres de los allí enterrados. Compañeros de estudios, víctimas de la guerra del 36, gentes con las que conviví en el que hacer de cada día, familiares queridos... llenaban mi ser de tristeza. Momento de oración…


1 noviembre 93 KOXKAS R.M.

El marqués del Engrudo

CEMENTERIOS DONOSTIARRAS

 Cementerios donostiarras


 No hay muchos datos sobre los cementerios que había en San Sebastián en la Edad Media y en los comienzos de la moderna. Los enterramientos se hacían en las iglesias, donde cada familia tenía una sepultura.

Se sabe que a finales del siglo XVIII, durante la guerra en la que intervino el Duque de Berwick, se enterraba a los muertos en los arenales de Ulía, en el hoy barrio de Gros. La arena arrastrada por el mar llegó a alcanzar la altura del muro del sagrado recinto, por lo que se suspendieron los enterramientos allí.

En 1815 comenzaron a enterrarse los cadáveres en la llamada Huerta de San Francisco, en Atocha. Dos años antes se abrió un cementerio en el barrio de San Martín, según el proyecto del arquitecto Ugartemendía. La superficie era la de un polígono regular cortado por un diámetro. Estaba cerrado por muros de mampostería con espacios abiertos con enverjados de zócalo. En los extremos del diámetro había dos construcciones, una dedicada a capilla y depósito y la otra a casa del sepulturero. En el centro se elevaba un obelisco que simbolizaba lo temporal de la vida humana.

En 1820 fue ampliado. Este cementerio se hallaba donde hoy está la Audiencia y zona próxima. Fue clausurado en 1835, abriéndose en esas fechas otro en la colina de San Bartolomé.

La población crecía y aquel camposanto resultaba insuficiente para las necesidades de la ciudad. El Ayuntamiento encargó al arquitecto Goicoa que hiciera un estudio sobre un nuevo cementerio y realizara un proyecto.

Se eligió el lugar llamado Polloe, y el nuevo cementerio inauguró el 12 de agosto de 1878. En el centro había un obelisco de piedra arenisca con las fechas de la inauguración del camposanto y la de los traslados de los restos de los cementerios de San Martin, 30 de abril de 1879, y de San Bartolomé, 18 de junio de 1887.

A un lado del cementerio, en un repliegue del terreno, había una construcción de ladrillo rojo. Cuando al cabo de diez años el cadáver enterrado en fosa común perdía el derecho a descansar bajo tierra, los huesos pasaban al osario y cuanto fue de su pertenencia, desde las astillas del ataúd hasta los zapatos, eran llevados a un horno que allí había, donde eran destruidos por el fue

El primitivo cementerio de Polloe ha sido ampliado en varias ocasiones, pues resultaba pequeño, y aún hoy sigue pidiendo más terreno para abrir más tumbas.


1 noviembre 96 KOXKAS R.M.


Antes y después

Ignacio Zuloaga

Desórdenes en el teatro

Culto a los muertos

Beneficencia

Excesos en el culto a los muertos

Costumbres funerarias de ayer

Noticias de 1874

Se amplia el servicio

Las sepulturas

Bachilleres

Fiestas de sociedad

DOS TUMBAS

 Dos tumbas


El cementerio de Polloe, inaugurado el 12 de agosto de 1878. venía a sustituir a los que hubo en San Sebastián hasta esa fecha y que fueron, además de los que había en las iglesias de Santa Maria. San Vicente, San Telmo e Igueldo, los de Ulia, el Antiguo. el del barrio de San Martin, que ocupaba el lugar donde ahora está la Audiencia más la manzana de las Siervas de María, y el del alto de San Bartolomé. habilitado para dar sepultura a las víctimas de una epidemia que se registró en 1855 siendo clausurado en 1880.

Abierto el cementerio de Polloe, se ha ido ampliando sucesivamente, agregándole calles y a las primitivas de Santa Clara, Santa Catalina, San Sebastián, San Lorenzo, San Vicente, San Prudencio y San Martin se han unido otras hasta ocupar todos los terrenos municipales previstos para la necrópolis.

La capilla se inauguró poco después que el cementerio y en ella hay dos enterramientos de dos personalidades de San Sebastián. En la pared derecha de la capilla una lápida de mármol blanco, que estuvo en el convento de San Telmo hasta la desamortización de Mendizábal, contiene en letras de oro esta leyenda:

"Aqui yace Domingo de Echeverria, secretario que fue del Rey Nuestro Señor. Superintendente de las fábricas y plantios desta provincia de Guipúzcoa y administrador general del derecho de las lanas de los puertos. del mar de Cantabria, aviendo. servido a las magestades de Felipe II, III y IIII. Murió yendo a Francia a negocios de su real servicio en VI de julio de MDCXXX. Dona Mariana de Rovere y Salinas, su mujer, trujo su cuerpo a esta capilla».

A la cabeza de la inscripción figura el escudo de su linaje: un cisne andante y cuatro flores de lis, timbado con corona del conde

La casa Echeverria era de gran abolengo en San Sebastián. El conde de Villalcázar, que es el Echeverria del epitafio fue un destacado marino y su hermano don Juan marqués de Villarubia, llegó a ser capitán general de la Armada prestando a lo largo de su vida importantes servicios a la Corona española. figurando el apellido Echeverria entre los más destacados en los anales de nuestra marina

La familia tenía hasta el incendio de 1813 una casa en la calle de la Trinidad y según los cronistas de la época era un "palacio suntuoso y de arquitectura muy valiosa”

En la otra pared de la capilla hay otra tumba. El epitafio que puede leerse dice lo siguiente:

-Aqui yace el Muy Iltre. Sr. Dr. Dn. Vicente Manterola y Pérez, Penitenciario de la S.I.C. Primada de Toledo, ex-magistral de las de Vitoria y Málaga, ex-diputado a Cortes. Falleció el 24 de octubre de 1891. Trasladados los restos a éste cementerio el 24 de octubre de 1967

Don Vicente Manterola, fue famosisimo orador sagrado y como diputado pronunció brillantisimos discursos en las Cortes militando en el carlismo. Su famosa frase, "o don Carlos o el petróleo fue durante años manejada por los partidarios del Pretendiente.


KOXKAS 1-11-83 R.M.

domingo, 23 de octubre de 2022

FUENTES

 Fuentes


Antes de que las aguas del Añarbe llegaran a las casas de la ciudad, los donostiarras se suministraban de agua en diversas fuentes que había en calles y plazas del casco urbano. Junto a los caños se daban cita las muchachas que acudían con sus cántaros, herradas y cubos para charlar y nunca faltaban mozos, soldados y panaderos que chicoleaban mientras les llegaba la vez.

Antes del derribo de las fortificaciones, las fuentes más concurridas que había intramuros eran éstas: la que se hallaba en la plaza Vieja apoyada en el lienzo de la muralla junto a la Puerta de Tierra. Era muy vistosa y estaba coronada por un león de hierro fundido en la casa Val d'Osne, que por la boca lanzaba un chorro de agua que caía en una taza. Al derribarse las murallas, fue trasladada a la plaza de Lasala, donde sigue el león presidiendo el lugar. Otra muy concurrida por los chavales era la que había en el muelle, al término de la muralla, llamada de la Rampa, donde una generosa cariátide lanzaba constantemente un chorro de agua. En una de las paredes de la parroquia de San Vicente, en la calle de la Trinidad, hoy 31 de Agosto, había otra diseñada por el ingeniero Geney, y a la que concurrían los soldados de los cuarteles de San Telmo y las pupilas de las mancebías que había en las inmediaciones.

Tan historiada como la de la Puerta de Tierra era la fuente que había en la Brecha, con su columna truncada de mármol de jaspe de Choritoquieta, su corona de laurel y con cuatro balas de cañón puestas en forma piramidal y dos caños. La que había en la calle de los Esterlines constaba de una escalinata octogonal con un centro de formas ligeras cayendo el agua desde lo alto a un gran recipiente y de éste a una gran taza de la que iba el líquido a la boca de dos cisnes de donde salían los chorros. La que había en la calle del Puyuelo, hoy Fermín Calbetón, constaba de un cuerpo cuadrado y de un basamento adornado con hojas y nenúfares. Los grifos por los que manaba el agua eran dos cuellos de cisne. Cerca de San Telmo, en la calle hoy llamada de Alvaro del Valle Lerchundi, entre Santa Corda y la Trinidad, había y hay otra, con un gran monolito y un caño. La de Urgull mitigó la sed a los donostiarras cuando en 1835 los carlistas al sitiar la ciudad cortaron la cañerías que alimentaban a las diversas fuentes.

Fuera del recinto amurallado, la fuente más famosa era la del Chofre, sita donde luego se alzó la plaza de toros inaugurada en 1903. Tenía un frontón con un escudo barroco con las letras S.S., y en perpendicular dos bancos de piedra. A ella acudían los donostiarras, se sentaban en los bancos, algunos merendaban y todos remojaban el gaznate con et agua. También era lugar predilecto para ir de merienda la fuente llamada de la Salud, cuyo nombre no se debe a que aquel agua tuviera propiedades medicinales. Estaba en la falda de la finca Arbaiza-Enea, donde luego se proyectó la calle Autonomía, tenía un frontón de medio punto y se hallaba rodeada de árboles. Cerca de la fuente estaba el ventorro de «Motxa-Enea» en cuya explanada los hombres jugaban a la toca. A la lista de las fuentes del extrarradio hay que agregar las que había en el paseo de San Francisco de Atocha y la llamada de la Campana, en Ategorrieta, subterránea y cuya planta semejaba a una campana que decían tenía el perfil de la campana de la catedral de Toledo.


KOXKAS 23-10-85  R.M.


CAZA MAYOR

 Caza mayor


Algunas malvices y palomas son los únicos objetivos que les queda a los numerosos hijos de San Humberto en Guipúzcoa que tienen por tanto que marchar otras provincias para practicar el noble ejercicio de la caza. Y sin embargo, cuando Guipúzcoa estaba poco poblada, había más zonas dedicadas al bosque y la industria era prácticamente inexistente, por aquí había bichos que hoy hay que ir a buscarlos lejanas  a tierras.

La geografía abrupta y montañosa, la maleza, los espinos, la espesa vegetación en suma, convertían estos parajes en lugares ideales para toda clase de fieras. En tiempos no muy lejanos a los de hoy habitaban estas montañas osos, leopardos, jabalíes, corzos, raposos, gatos monteses, comadrejas, garduñas, tejones...

Hay datos que menciona don Serapio Múgica sobre la captura de algunas especies de esta variada fauna. Así, en 1658 en las inmediaciones de Gaviria fue muerto un oso y otro en Anzuola el 4 de julio de 1867 y se cogieron leopardos, uno el 17 de enero de 1777 en Mareolbetz, en el monte Illarazu, jurisdicción de Lizarza, otro el 11 de diciembre de 1781 en el monte de Anzarreta de la misma jurisdicción, y otro en 1820 por parajes próximos.

¿Hubo por aquí alguna vez leones? Lo ignoro, pero hay en Aizarna, Cestona, un caserío llamado Legoica o sea «lugar de leones». Serapio Múgica supone que al estar el caserío situado en un lugar aislado y agreste tal vez haya sido alguna vez visitado por leones, y de ahí su nombre. Pero si no hay leones ni tigres sigue habiendo lobos y bastantes caseríos se llaman Ochoki, Ochango, Otzaleku, Otzaurte, Otsaka, Otsokoa, Otzoategui, Otsobiaga... cuyos nombres proceden de Otsoa, que significa lobo.

Hay constancia de la petición hecha el año 1565 por los vecinos de Zumárraga para que la parroquia llamada «La Antigua>> que estaba en la falda del monte Beloki se trasladara al lugar que ocupa en la actualidad, debido a que «ni el Viático se podía conducir sin guardias porque los muchos perros y lobos que por allí había acosaban a los sacerdotes y acompañantes en términos que ponían en peligro sus vidas»>.

En algunos pueblos existía hasta no hace mucho tiempo la costumbre de ir los chicos de puerta en puerta la víspera de la Candelaria, el 1 de febrero, llamado «Otsailla» o mes de lobos, pidiendo mientras cantaban Andre Mari/Otsaillago, otsaillo/Okela bat eta okela bi/burruntzie bete biri», que quiere decir «Santa María, del mes de los lobos: un pedazo de carne, dos pedazos de carne, y el asado lleno de longanizas»>.

Los chicos llevaban unos asadores donde metían los trozos de carne que les daban y luego organizaban una merienda. Esta costumbre nació de otra: la de los pastores que cuando habían matado algun lobo, iban también pidiendo para que se premiara su hazaña a la vez que se les recompensaba por el beneficio que a todos producía la muerte de la fiera.

Mis amigos de Basollua, andan ya, cazando por las rastrojeras castellanas para luego cantar sus hazañas en el club. Que haya suerte.


KOXKAS 23-10-84 R.M.


OTOÑO

 Otoño


Ya estamos en otoño, en el purpúreo, apacible y dulce. otoño tan agradable y grato en el País Vasco Atrás queda el verano con sus calores, con su luz. intensa, con el ajetreo de la ciudad atiborrada de gente, con las horas de la playa, con las fiestas. callejeras, con las nuevas amistades hechas a la sombra de los toldos mientras se gusta y se regusta del ocio

Ya todo esto queda en nuestra retaguardia y se nos abre el otoño con el viento Sur que nos trae las primeras palomas, con los cazadores a la espera de cobrar sus piezas, con ese Tartar in que durante meses y meses ha estado soñando en estos momentos. El campo muestra unos colores tristes, los árboles van perdiendo las hojas y la Naturaleza dijérase que se muestra adormecida en espera de los frios y las nieves del invierno.

He subido al monte Urgull y desde alli he contemplado una vez más el paisaje. Unos barcos que vuelven al puerto. el humo de las cocinas. las casas y villas que pueblan las colinas que rodean la Concha, la playa casi desierta las olas muriendo en la arena El poeta lo dijo: «La ola, cuando el viento pasa, llora». A mis pies queda la ciudad, veo las torres de sus iglesias, los pequeños rascacielos que una inexplicable politica municipal autorizó a levantar, los coches. que circulan unos hacia Ondarreta y otros hacia el centro de la urbe. En la lejanía, Igueldo y Mendizorroz y el verde ya sin la fuerza del estio de los montes. Hay un ritmo rápido en la vida. de nuestras ciudades de hoy. pero algunas como San Sebastián tienen estos rincones. donde bajo los ramajes seculares puede uno sentirse en soledad.

Estamos en tiempo propicio para las pequeñas excursiones por los alrededores de la ciudad, por los valles de Loyola of de Ibaeta, donde entre tierras labradas y caserios todavia pueden verse rebaños de ovejas. donde hace tiempo se oia la chalaparta en ésta época del año como original manera de llamar a la vecindad en los días de elaboración de la sidra. Se llamaba desde los primitivos caserios que tenian tolares a los vecinos para que prestaran su ayuda en la trituración de la manzana. Un viejo cronista escribió hace años: "En la hora del crepúsculo, atardeceres de los dias incomparables del otoño de Donosti, llegaba hasta la ciudad el eco de los primitivos elemenlos de la elaboración de la sidra. la chalaparta, el tin... tan pausado que los caseros ejecutaban con verdadera maestria anunciando de esa manera tan original que en ei cercano caserio se estaba elaborando la bebida más sana y que más aceptación tiene entre los errikoshemes: el dorado zumo de la manzana.

El eco de la chalaparta no llega ya hasta la urbe, ahogado entre los ruidos de la moderna civilización. A esta bucólica y ancestral música la ha matado el motor de explosion.


KOXKAS 23-10-83 R.M.

EL BOULEVARD

 El Boulevard


La autorización del Gobierno para el derribo de las murallas de San Sebastián es la fecha que marca el inicio de la expansión de la ciudad Y comienza con una ardorosa polémica entre los partidarios de conservar las murallas y los enemigos de mantenerlas Polémica que se extiende al proyecto de Alameda del Boulevard, el paseo que iba a venir a servir de frontera entre la ciudad vieja y la que con inusitada fiebre se estaba empezando a levantar, siguiendo los proyectos de los i quitectos Cortázar y Saracibar.

Superada la polémica, el Boulevard adquiere categoria de paseo en 1865. Era entonces más ancho que lo es hoy pues las necesidades de la circulación rodada eran minimas y tuvieron que pasar bastantes años hasta que se cercenase el paseo central, cortándose una hilera de frondosos árboles y ampliando la calzada correspondiente a las casas con números pares.

El paseo, según puede verse en fotografias y grabados de finales de siglo, tenia cuatro hileras de árboles, jardines y una fuente rodeada de un estanque. Más tarde se levantó un quiosco para que actuasen las bandas de música, quiosco con carácter provisional que más tarde fue sustituido por otro construido por el forjador zaragozano señor González.

A finales del pasado siglo y comienzos del actual el Boulevard era además de la arteria más importante de la ciudad, el centro de ésta. Los cafés más concurridos y las tiendas más lujosas se hallaban alli y la proximidad del Casino le daba aún más animación y vida. Si hasta el derribo de las murallas el "paseo era en la plaza Nueva (hoy de la Constitución), desde la década de los setenta se habia trasladado al Boulevard. Y resulta curioso este hecho: la gente a la hora de dar vueltas Boulevard arriba y Boulevard abajo se autoclasificaba. Los que se consideraban de clases. socialmente elevadas, una pequeña aristocracia, paseaban por la calzada de los números. impares, donde comenzaba el ensanche, calzada que habia sido convenientemente asfaltada Por el centro, entre árboles y jardines con suelo de gravilla, lo hacia la que podriamos llamar mesocracia. Y en la calzada de la Parte Vieja los paseantes pertenecían a las clases. bajas a la democracia al decir de un cronista de la época del que tomo el dato.

Pero los enemigos del derribo de las murallas. del ensanche, de la expansión de la ciudad. esos no pasaban la frontera del Boulevard. Eran, o creian ser, los donostiarras auténticos, los koxkeros puros, los joshemaritarras de ley. Yo he conocido y de esto no hace tantos años a uno de éstos, heredero de un prestigioso y antiguo comercio que tenía a gala no haber cruzado nunca la frontera del Boulevard. No sé si mantuvo. su numantina decisión hasta el final de sus dias y la única vez que abandonó la Parte Vieja fue para el viaje definitivo, pero el hecho es auténtico

Aquel Boulevard lleno de animación y exultante de vida, que con los años fue derrotado por la avenida de la Libertad, bien. merece que le dedique otra crónica.


KOXKAS  23-X-82 A.M.


EL REGIMIENTO DE SICILIA

 El Regimiento de Sicilia 


El Regimiento de Sicilia que desde 1719 se halla de guarnición en San Sebastián, celebra estos días el 458 aniversario de su fundación acaecida el 23 de octubre de 1534. Son muchas las acciones en las que sus hombres han intervenido, cubriéndose de gloria Voy a recordar una de ellas.

22 de julio de 1795. Tras ser guillotinado Luis XVI, varias naciones europeas, entre ellas España, entraron en guerra con Francia. A favor del impetu popular, se armó y cubrió la línea de los Pirineos.

De los tres regimientos que dispuso España, el de Navarra intervino en acciones memorables. En una de ellas, la de Ollarregui, la izquierda de nuestra línea constituida por la posición de la Meseta, estaba ocupada por el Regimiento de Sicilia. Las tropas españolas que cubrían la garganta del Ollarregui tuvieron que retroceder ante los violentos ataques franceses, siendo gravemente herido de dos balazos el coronel don Agustín Goyeneta y el teniente coronel don José González Acuña.

La situación de los hombres de Sicilia era tan crítica ante el acoso de fuerzas muy superiores en número, que el heroico coronel pese a las graves heridas que sufría, se levantó del suelo y se puso a la cabeza de sus hombres, lanzándose a la bayoneta para romper las filas enemigas, hasta que una tercera bala le derriba en tierra, moribundo. Caen prisioneros el teniente coronel y el mayor del Sicilia, tomando el mando el capitán don Juan Aguirre que contraataca con sus hombres, pero se ve obligado a retroceder, abriéndose paso en un hábil movimiento de retirada hasta llegar al pueblo de Izarbe, y desde este punto contraataca, obligando a los franceses a replegarse a las primeras posiciones que habían ocupado aquel día.

El heroico comportamiento de los hombres del Sicilia llenó de admiración a los españoles, y los franceses, cuando se firmó el armisticio como prólogo a la paz, pidieron abrazar a los restos del valeroso cuerpo, tributándoles cumplidos elogios. El Rey Carlos IV concedió como premio a los hombres del Sicilia un escudo de distinción con este lema: «Valor, firmeza y constancia, que debía llevarse en el brazo izquierdo y colocarse en las banderas, disponiendo que por clases fueran agraciados sus individuos en un grado, y que la noticia de la acción de Ollarregui se publicara en la orden general del Ejército.

La historia de los hombres del Sicilia es una de las más brillantes de nuestros soldados que en Flandes, en el Milanesado, en Argel... lucharon con valor y supieron morir con va lentia.


KOXKAS  23 octubre 92  R.M.

LOS HOMBRES DE SICILIA

 Los hombres de Sicilia


Estos días los hombres del Regimiento de Sicilia, de guarnición en San Sebastián desde el año 1719, celebran el 457 aniversario de su fundación. Fue el 23 de octubre de 1534 cuando el rey Carlos I expedia un decreto dirigido al virrey de Nápoles ordenándole que las fuerzas de infanteria que estaban en la isla de Sicilia constituyeran un Tercio bajo el pie de doce compañías. El nombre de Tercio procede de la formación de unidades militares en las que figuraban las armas que entonces se usaban y pique eran arcabuz, espada co, y de ahi que a los soldados se les llamase, respectivamente, arcabuceros, doseletes y piqueros. Fue Gonzalo de Córdoba, el Gran Capitán, quien acopló las tres armas. Y el título de Tercio apareció por las reformas decretadas por los Reyes Católicos, el cardenal Cisneros y Carlos V.

El Tercio de Sicilia, junto al de Lombardía -formado por infantes residentes en la ciudad de Milán- sirvieron de modelo a los demás y estaban regidos por unas ordenanzas en las que constaban severas prescripciones morales y normas religiosas, imponiéndose castigos a quienes delinquian. Dice un cronista que a la par que se cultivaba el espíritu, se educaba el corazón del soldado y se atendia el desarrollo y educación de las. fuerzas fisicas, siendo los dos Tercios citados restauradores de las prácticas griegas en ejercicios de gimnasia, el manejo de las armas, correr, saltar, nadar y cuanto se reputaba de utilidad en campaña. Aquella infanteria asi formada dejó atrás a la francesa, la alemana y la italiana, y fue considerada por sus hazañas la mejor del mundo.

Cuando se fundó el Tercio de Sicilia, constaba de doce compañías y cada compañía de 150 hombres con un capitán, un alferez y dos sargentos, y la plana mayor contaba con un maestro de campo, sargento mayor, capitán barrichel de compañía, dos alguaciles y un carcelero.

El Tercio de Sicilia comenzó siendo mandado por el maestre de campo Jerónimo de Mendoza, y fue en La Goleta, fortaleza defendida por los mejores hombres que entonces tenia el turco, donde escribió su primera página de gloria. Asaltaron la fortaleza con tal brio, que el emperador Carlos V, que presenció la acción, calificó a aquellos bravos con estas palabras: «Son mis leones de España». Después, los de Sicilia combatirían en Francia, Italia, Alemania, Países Bajos, el Danubio, Portugal... Los nombres de La Goleta, Túnez, Argel, Disier, Ligni Mariemberg, Francfort, Turín, Bruselas, San Quintin, Gravelinas, Cascaes, Granada, Setubal, Malta, recuerdo son de batallas en las que escribieron con sangre su nombre. En Mulberg, los de Sicilia atravesaron el Elba a pie firme con los mosquetones y municiones sobre su cabeza expurgando de enemigos la orilla derecha, decidiendo aquella memorable batalla. En Agilastro, Stefarda y Gerisola murieron para no conocer la derrota, y en Gelves, en la escuadra del duque de Medinaceli, resistieron y perecieron casi todos en la lucha. Pero no fue ésta la única acción en el mar de los de Sicilia: también estuvieron en Lepanto, en la Invencible, en Messina.

No soplan ahora vientos muy favorables a la milicia y la gente se olvidó de lo que escribió Spengler: «Al final será un pelotón de soldados el que salve la civilización, o el verso de Rubén Dario: «La alta virtud resucita/ que a la hispana progenie hizo dueña de siglos».


KOXKAS 23 octubre 91 R.M

EL REGIMIENTO SICILIA

 El Regimiento de Sicilia


En estos días en que el Regimiento de Sicilia, tan vinculado durante años y años a San Sebastián, celebra el 456 aniversario de su fundación, resulta obligado el dedicar unas líneas a la gloriosa unidad, la más antigua de nuestro Ejército.

Nació el 23 de octubre de 1534 como uno de los tres Tercios (Milán. Nápoles y Sicilia) por una orden de Carlos I. En esa fecha el Emperador expedía un decreto dirigido al Virrey de Nápoles ordenándole que las fuerzas de Infanteria a la sazón residentes en Sicilia constituyeran un Tercio y asi se formó, con hombres que habian participado en la toma de La Goleta, en poder de los turcos, reunidos en doce compañías de 150 a 200 hombres cada una, divididas por su armamento en arcabuceros. coseletes y picas, siendo su primer Maestre del Campo don Jerónimo de Mendoza.

Sus primeros hechos de armas fueron en Túnez contra Barbarroja (1541) y en Europa contra Francia y Bélgica (1542-1544). llegando los coseletes del Tercio a cruzar el Elba a nado bajo el fuego enemigo, con las espadas en la boca, para permitir el paso del río al resto del Ejército. 

Resulta imposible encerrar en unas pocas líneas toda la dilatada y gloriosa historia de este Regimiento cuyos hombres participaron en contiendas en tres continentes, desde las costas de África al corazón de Europa y a las lejanas tierras de Cuba y Puerto Rico. Memorable fue su intervención en la batalla de Lepanto contra el turco, cuando ante las pretensiones de éste de apoderarse de Chipre se formó una Liga entre España, Venecia y los Estados Pontificios. En aquella batalla, el Tercio de Sicilia, embarcado en las naves de don Juan de Cardona, avanzó en vanguardia de la flota cristiana, ejerciendo tal esfuerzo durante el combate que de sus quinientos hombres sólo cincuenta quedaron tras la derrota del Turco»,

Inmediatamente después, el Tercio de Sicilia lucha en Flandes contra el Duque de Orange en los sitios de Mons y Harlem y tal vez la tumba que olvidada se halla en una iglesia de Amberes guarde los restos de un hombre de Sicilia. En el epitafio, «la forma más noble del silencio», puede leerse: “Se gana el cielo con la espada”.

Los de Sicilia estuvieron en 1588 con la Armada Invencible. en el galeón San Mateo que se perdió después de seis horas de encarnizado combate. Al comenzar la guerra de la Independencia el Regimiento que se encontraba en San Sebastián, recibió orden de incorporarse al Ejército de Napoleón pero su patriotismo le hizo incumplirla y salió sigilosamente de la ciudad atravesando toda la Peninsula, incorporándose a otros batallones en Algeciras. En aquella guerra intervino en las batallas de Bailén (1808), Uclés, Mora, Consuegra (1809) Chiclana, Sagunto, capitulación de Valencia (1811) y Caracuel y Torralba (1812) También estuvieron los hombres de Sicilia en la guerra de Marruecos, en las batallas de Tetuán y Wad Ras y en nuestro siglo contra Abel-Krin y en otros hechos de armas.

El Regimiento tiene la Laureada de San Fernando y tres Medallas Militares. Ha tenido veintiún maestres de Campo y setenta y tres coroneles, entre éstos don Francisco Javier Castaños, el vencedor de Bailén y don Tomás de Zumalacárregui, el mítico jefe carlista

Historia de triunfos y reveses, pero hoy casi nadie canta la belleza del sacrificio.


KOXKAS  23 octubre 90 R.M.

ALOJAMIENTO DE LA TROPA

 Alojamiento de la tropa


Las circunstancias por las que atravesaba San Sebastián durante la segunda guerra carlista creaban toda clase de problemas, y uno de ellos era el del alojamiento de la tropa. No habia sitio bastante en los cuarteles que existian en la ciudad, pues el número de hombres que estaban aquí destinados era infinitamente superior al que se registraban en situaciones normales. A finales de 1874 el elemento militar residente era éste: Batallón de Cazadores de Puerto Rico; Batallón de las Navas; Batallón de Estella; Batallón de Reserva núm. 2; Trece Tercio de la Guardia Civil; Carabineros de la Comandancia de Guipúzcoa; Acemileros del Tercer Cuerpo de Ejército; Caballería; Sección de Albuera y Numancia; Artillería, Tercer Regimiento de Montaña, Segunda y Sexta Batería; Batallón de Miqueletes; Soldados Transeúntes de los Regimientos Inmemorial y de Murcia; Soldados Agregados al Cuartel General y Planas Mayores; Ingenieros Minadores y Voluntarios del Segundo y Tercer Batallón.

Parte de estos hombres se alojaban en casas particulares, con las consiguientes molestias paral el vecindario. Entonces tuvo el Ayuntamiento el proyecto de acuartelar las tropas de la guarnición, habilitando lugares al efecto, y envió una circular al vecindario consultando la conveniencia de sustituir los alojamientos. en las casas particulares con unas cuotas mensuales. El resultado de aquella consulta fue éste: 971 votos favorables al proyecto. y 680 contrarios a él. En vista de ello, el Ayuntamiento de acuerdo con la autoridad militar, comenzó a trabajar para la más rápida realización del proyecto.

El 12 de octubre de 1874 la Alcaldía repartió una circular en la que daba cuenta de la voluntad mayoritaria respecto al albergue de la tropa, por lo que «era preciso proceder a la realización del pensamiento», y exponía las disposiciones que de acuerdo con la autoridad militar y civil había adoptado para la ejecución del importante proyecto y que eran:


1. Los suscritores habrán de satisfacer sus cuotas respectivas durante un período de tiempo que no excederá de diez meses. 

2. Siendo mil aproximadamente el número de militares que de continuo se alojan en las habitaciones de los 971 suscritores, habrá de ser acuartelado un número igual en el edificio destinado al objetivo.

3. Verificado el acuartelamiento de esta parte de la guarnición, habrá necesidad de alojar fuerzas que se hallen de tránsito. o estén situadas de estancia hasta el número de 1.700 hombres, y en estos casos pesará la obligación de prestar semejante servicio exclusivamente sobre las habitaciones de aquellos que han optado por este medio, a no ser que circunstancias especiales hagan que el número de hombres sea mayor que el indicado de 1.700, en cuyo caso el excedente se distribuirá en las habitaciones de los cabezas de familia que hayan o no hayan optado por la carga de alojamiento en la relación de diez a siete.

La circular del alcalde determinaba cómo los que en lo sucesivo optaran por el sistema de cuotas, tendrían que abonar las que les hubieran correspondido desde que comenzó la suscripción.

El 18 de octubre se subastaron los enseres necesarios para la habilitación de cuarteles y bastantes donostiarras se vieron libres de la carga de los alojamientos.


KOXKAS -23 -X-86 R.M.


jueves, 20 de octubre de 2022

ASI NOS VIERON (4)

 Así nos vieron (4)


TERMINO hoy esta serie tomada del libro de Fausto Arocena titulado 'El País Vasco visto desde fuera', que recoje testimonios y opiniones de quienes nos visitaron y dejaron luego escritos, la mayoría imparciales, algunos muy parciales.

En 1700 en la casa Seidel de Leipzig se publicó una descripción de España en la que se refiere a San Sebastián, -vulgarmente Donostien, porque antes se llamó Don Bastián-. Describe la bahía, los terribles vientos que la azotan y el puerto espléndido, profundo y cerrado con dos diques de muralla que hacen la entrada tan estrecha que no puede entrar ni salir más que un barco a la vez; junto a esta entrada está una gran torre cuadrada sobre la que en todo tiempo hay una fuerte guarnición que ha de guardar a la ciudad y al puerto de un inesperado ataque».

Las calles son largas, anchas, enlosadas con grandes piedras blancas siempre limpias. «Las casas son hermosas, las iglesias bien edificadas, los altares de madera hasta la bóveda y con lindas tablillas de una mano».

Teófilo Gautier, el escritor francés que nos visitó en 1840, quedó admirado de la iglesiafortaleza de Astigarraga y desde las lumbrado de la blancura de cortinas de la cama y de los balcones de su posada, de la limpieza de los suelos y con el cuidado en todo.

En vez de unas maritornes 'embrujadas', dio con unas hermosas muchachitas muy garridas, con sus magníficas trenzas colgando sobre los hombros y perfectamente ataviadas. La comida, salvo el aceite y el pimentón, le dejó buen sabor de boca.

Descubrió' el garbanzo, "guisante que tiene la ambición de ser habichuela y lo consigue». Puso, ino faltaba más! buenos ojos a los vinos de Jerez y de Málaga. Nada dice del Rioja ni del de la Rivera del Duero.

Otro escritor que nos visitó en 1843 fue Víctor Hugo. Estuvo en San Sebastián y en Pasajes y a la capital la definió con estas palabras: «Un monte en medio del mar. La huella de las granadas en todas las casas, las huellas de la tempestad en todas las rocas, las huellas de las pulgas en todas las camisas ¡voila Saint Sebastien!».

Quedó cautivado por Pasajes: ese rincón magnífico y encantador, como todo lo que tiene el doble carácter de la alegría y de la grandeza, ese lugar inédito que es uno de los más hermosos que yo haya visto y que ningún turista visita; ese humilde rincón de tierra y mar, que sería admirado si estuviera en Suiza, y sería célebre si estuviese en Italia, y que es desconocido porque está en Guipúzcoa, ese pequeño paraíso radiante a donde yo llegué por azar y sin saber dónde me encontraba, se llama en español Pasajes y en francés Passage».


22 octubre 99 KOXKAS  R.M.

ASI NOS VIERON (3)

 Así nos vieron (3)

SIGO hoy con los testimonios que sobre el País Vasco hicieron quienes nos visitaron en pasadas décadas.

El abate francés que nos visitó en 1660 no era sacerdote y en él se observan las desenvolportan tursa y desvergüenzas de los petimetres. Llegó a San Sebastián y se dio cuenta de que las muchachas eran en su mayor parte más hermosas, más limpias e iban mejor vestidas que en Francia.

Vio a una de ellas con un talle tan gracil y tan majestuoso a la vez, que confiesa que de no haber contemplado más que su cuerpo y su cara, ocultándose el cesto que llevaba sobre su cabeza, hubiese jurado que debería tocarse con una corona.

Desde el balcón de su alojamiento contempló a un centenar de hombres vestidos de blanco danzando con espadas y con cascabeles en las piernas, de suerte que cada extremo de espada reposase en la mano izquierda de su camarada.

Danzaron después cincuenta muchachos al son de panderetas y grandes y chicos aparecían encubiertos con caretas de papel o pergamino o con velos traslúcidos.

Siete figuras de reyes moros escoltados por su respectiva dama, con más de un San Cristóbal por detrás, formaban en la comitiva. La altura de estos figurones llegaba a los segundos pisos de las casas y sus cabezotas venían a ser tan grandes como un tonel.

En 1700 se editó en Londres. un libro sobre San Sebastián escrito por «uno que acaba de venir de allí y que aquí no fue conocido hasta hace setenta y cinco años, cuando lo 'descubrió' en una librería de la capital británica Manuel López Conde, propietario de la librería Internacional de nuestra ciudad, quien lo tradujo y lo editó.

Describe el autor cómo vivían los donostiarras: la gente distinguida no salía a la calle sin haber vaciado su buena jícara de chocolate. Las mujeres, antes de ir a la iglesia, se emperifollaban a conciencia. Después de la misa, iban los hombres al muelle y luego al centro. de la ciudad.

A las 12 en punto se disolvían las tertulias, y a comer: caldo de carne con migas de pan, servido en cazuela de barro, a continuación carne asada y cocida y por último postre.

Los pescadores, dice el autor, cuando volvían de su faena, tomaban las capas de manos de sus mujeres y se ceñían los espadines, con los que paseaban por la ciudad. Sus consortes, entre tanto, armaban en el mercado la gran algarabia.

Pescadoras y vendedoras de manzanas siempre andan a la greña, se abofetean a conciencia y no vuelven a ser amigas en una semana».


21 octubre 99 KOXKAS  R.M.

ASI NOS VIERON (2)

 Así nos vieron (2)


SIGO hoy trayendo aquí testimonios de viajeros que visitaron el País Vasco y contaron algo de lo que vieron. El delegado Papal Michele Bonello en 1572 vino a España y Portugal con ocasión de la boda del rey don Sebastián. En su comitiva venía el eclesiástico Venturino quien escribió que aquí las casas eran de madera de roble y algunas tenían ventanillas y celosía, de suerte que las ventanas podrían parecer a los viandantes embarcaciones marinas. La gente nos resultó amable y bien educada, especialmente al quitarse el sombrero y honrar a los forasteros. Las mujeres se cubrían con turbantes. Acá se construyen más barcos que en todo el resto de España».


Un médico tudesco, el doctor Gaspar Stein, vino en 1610 y dijo de San Sebastián que era gran municipio, rico en comercios, con un puerto seguro y dos fortalezas. Los guipuzcoanos son ingeniosos, ilustrados, valientes, ágiles, defensores acérrimos de sus privilegios, diestros en el manejo de las armas, fáciles de atraerlos y sedientos de grandeza. Son avezados en cuestiones marítimas, destacados soldados de mar y tierra. Habitando junto al mar, se dedican a la navegación y a la pesca, en especial a la de los peces que llaman bacalaos».


Edward Hyde, duque de Clarendon, fue un viajero al que no le resultó amable la estancia aquí. Fue en 1649 y desde San Sebastián escribió un carta a su esposa en la que denuncia las incomodidades que tuvo que soportar en su viaje. Le alojaron en la mejor casa y pasó muchísimo frío a pesar de que había leña, pero no tenía dónde quemarla, a menos que hiciera arder su habitación, pues no había ni una chimenea.


El mismo año vino madame D,Aulnoy, la dama más popular de cuantas han pisado el territorio vasco. La llamaron la atención las bateleras de Pasajes. -Estas mozas son altas, de cintura delgada y color moreno, sus dientes son blanquísimos y admirables, su cabello negro y lustroso como el azabache, trenzado y rematado con lazos de cinta, cayendo abandonado por la espalda. Llevan sobre su cabeza una gasa fina bordada en oro y seda, que rodea su cuello, cubriendo la garganta; usan pendientes de perlas y coral; una especie de jubones con mangas muy estrechas como las de nuestras bohemias; su aspecto agrada y seduce. Dicese de estas marineas que nadan como peces y que no admiten en su particularisima sociedad a otras mujeres ni a ningún hombre; constituyen una especie de pequeña república independiente, a donde acuden siendo muy jóvenes las filiadas, cuando no las acompañan sus mismos padres destinándolas a tal oficio desde niñas.


KOXKAS 20 octubre 99  R.M.


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