Rodrigo Soriano, destacado donostiarra, que años después fue embajador de España en Chile, reseñaba así la famosa regata de Ondarroa-San Sebastián, que tuvo lugar el 2 de diciembre de 1890.
"Las pesadas traineras tocan en las balizas y parecen agitadas como el caballo de carrera que espera ansioso, para arrancar, el sonido de la campana.Uno tras otro se hunden en las lanchas los fuertes marinos, se ven oscuras blusas, fajas rojas y amarillas, boinas negras. Los ondarreses desafian al aire crudo, mostrando sus brazos desnudos de carne dura como mazas de hierro.
Sobre la lancha esperan la señal con los remos en alto. Parecen los gladiadores bajo el palco del César.
Suenan entonces dos toques de corneta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario