El Boulevard
La autorización del Gobierno para el derribo de las murallas de San Sebastián es la fecha que marca el inicio de la expansión de la ciudad Y comienza con una ardorosa polémica entre los partidarios de conservar las murallas y los enemigos de mantenerlas Polémica que se extiende al proyecto de Alameda del Boulevard, el paseo que iba a venir a servir de frontera entre la ciudad vieja y la que con inusitada fiebre se estaba empezando a levantar, siguiendo los proyectos de los i quitectos Cortázar y Saracibar.
Superada la polémica, el Boulevard adquiere categoria de paseo en 1865. Era entonces más ancho que lo es hoy pues las necesidades de la circulación rodada eran minimas y tuvieron que pasar bastantes años hasta que se cercenase el paseo central, cortándose una hilera de frondosos árboles y ampliando la calzada correspondiente a las casas con números pares.
El paseo, según puede verse en fotografias y grabados de finales de siglo, tenia cuatro hileras de árboles, jardines y una fuente rodeada de un estanque. Más tarde se levantó un quiosco para que actuasen las bandas de música, quiosco con carácter provisional que más tarde fue sustituido por otro construido por el forjador zaragozano señor González.
A finales del pasado siglo y comienzos del actual el Boulevard era además de la arteria más importante de la ciudad, el centro de ésta. Los cafés más concurridos y las tiendas más lujosas se hallaban alli y la proximidad del Casino le daba aún más animación y vida. Si hasta el derribo de las murallas el "paseo era en la plaza Nueva (hoy de la Constitución), desde la década de los setenta se habia trasladado al Boulevard. Y resulta curioso este hecho: la gente a la hora de dar vueltas Boulevard arriba y Boulevard abajo se autoclasificaba. Los que se consideraban de clases. socialmente elevadas, una pequeña aristocracia, paseaban por la calzada de los números. impares, donde comenzaba el ensanche, calzada que habia sido convenientemente asfaltada Por el centro, entre árboles y jardines con suelo de gravilla, lo hacia la que podriamos llamar mesocracia. Y en la calzada de la Parte Vieja los paseantes pertenecían a las clases. bajas a la democracia al decir de un cronista de la época del que tomo el dato.
Pero los enemigos del derribo de las murallas. del ensanche, de la expansión de la ciudad. esos no pasaban la frontera del Boulevard. Eran, o creian ser, los donostiarras auténticos, los koxkeros puros, los joshemaritarras de ley. Yo he conocido y de esto no hace tantos años a uno de éstos, heredero de un prestigioso y antiguo comercio que tenía a gala no haber cruzado nunca la frontera del Boulevard. No sé si mantuvo. su numantina decisión hasta el final de sus dias y la única vez que abandonó la Parte Vieja fue para el viaje definitivo, pero el hecho es auténtico
Aquel Boulevard lleno de animación y exultante de vida, que con los años fue derrotado por la avenida de la Libertad, bien. merece que le dedique otra crónica.
KOXKAS 23-X-82 A.M.
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