miércoles, 5 de octubre de 2022

EL REY VISITA EL MUSEO.

 El Rey visita el Museo


Un modesto museo se abrió en San Sebastián en 1902. Fue debido a la tenacidad de un investigador donostiarra, un hombre estudioso y amante del pasado de nuestro pueblo cuyos trabajos arrojaron mucha luz sobre episodios casi desconocidos y desde luego olvidados del lejano ayer de San Sebastián. Se llamaba don Pedro Manuel de Soraluce.


Aquel museo recibió el 5 de octubre de 1902 la visita del Rey Alfonso XIII que llegó acompañado de los príncipes de Asturias y de la infanta María Teresa. Esperaban a los regios visitantes en el pórtico del museo, que se hallaba adornado con flores y plantas, el gobernador civil señor Bessón, el alcalde don Sebastián Machimbarrena, los tenientes del alcalde señores Acha y Laffitte y el conservador de aquél, señor Soraluce.


El Rey pidió detalles de las banderas, los cuadros y los trofeos de los generales Echagüe y Mina. De las pistolas de Mina se le explicó brevemente su historia. Aquellas armas de arzón, que había usado el célebre caudillo de la guerra de la Independencia, general Francisco Espoz y Mina, las había entregado su viuda, al general en jefe del ejército español en Marruecos, Leopoldo O'Donnell para que en juicio contradictorio se las regalara al jefe u oficial que más heroicamente se hubiera portado en la batalla de Tetuán. El agraciado resultó ser el benemérito hijo de Fuenterrabía Bernardo de Goenaga, comandante del Regimiento de infantería de León, quien al frente de su batallón fue el primero en asaltar las trincheras de Tetuán, librándose un encarnizado combate en el cual resultó con tres heridas el jefe español, y no obstante la sangre que perdía se negó a retirarse a una ambulancia, hasta que tras violenta lucha quedó la posición para España. Por su heroico comportamiento fue ascendido a teniente coronel sobre el mismo campo de batalla, siendo citado en la orden del día.


Aquellas pistolas pertenecían a la familia Goenaga y uno de sus miembros, el en-tonces concejal del Ayuntamiento de San Sebastián, las entregó en depósito para que figuraran en el museo donostiarra y con ellas las órdenes referentes al heroico comportamiento del ilustre soldado.


Ante el retrato de Catalina. de Erauso el Rey comentó que si fue monja no parecía. Tras más de una hora de recorrer el museo, el Rey abandonó éste, pero antes le fue presentado el niño José María Usandizaga al que le hizo varias preguntas sobre sus estudios en Paris, diciéndole que sabía de sus grandes méritos y que el próximo año no se privaria del placer de oirle..


KOXKAS - 6 octubre 92 - R.M.


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