sábado, 21 de mayo de 2022

SANTA RITA

 Santa Rita


LA fiesta de Santa Rita y Santa Quiteria se celebró en el muelle en 1927 de forma análoga que en años anteriores. En la iglesia de San Pedro se celebró una misa oficiada por el párroco don José Cendoya; era el aniversario de la muerte del popular 'Quirico', y en ella cantó el afamado orfeón de la Castaña, constituido por una selección de cantantes de la popular sociedad Gaztelupe, dirigidos por Sotero Irazusta, que interpretó, entre otras piezas, el Réquiem de Perossi.

La víspera, los arrantzales de los vaporcitos pesqueros trajeron 3.300 arrobas de bocarta, que se vendieron a precios que oscilaron entre cuatro y una peseta. De sardina no trajeron nada y de berdel unas 400 docenas, que se pagaron a 1,30 y a una peseta. Los atuneros no tuvieron un día muy afortunado, pues trajeron solamente un total de 13 piezas

Hubo animación y algazara aquel día de mayo en el bullicioso barrio de la Jarana. A las 5 de la madrugada, la simpática Joshepa Gorostola, guardadora fiel de la imagen de la santa, procedió, ayudada por otras personas del barrio, a levantar el clásico altar en el portalón del muelle, colocando a la santa entre flores y ramaje, no faltando ni los típicos muñecos vestidos de arrantzales' ni el plateado barquito, trofeo conmemorativo de una de las más reñidas regatas ganadas por los donostiarras tiempos atrás. Fueron innumerables las personas que, a lo largo del día, desfilaron ante el altar.

En el muelle y en todos los puntos a él cercanos reinó gran animación. Desde las cuatro de la tarde hasta las siete y media, el tamboril no cesó de amenizar la fiesta un solo momento, alegrando el barrio con sus notas, a cuyo compás bailaron jóvenes y viejos con infatigable ardor.

Las fiestas terminaron con los bailables que ejecutó de 9 a 11 en los soportales del barrio de la Jarana la laureada banda de música 'La Armonía'. En dicho improvisado salón de baile era poco menos que imposible dar un solo paso, tanta era la concurrencia. El hecho de ser aquel día domingo, hizo que la fiesta se viese mucho más animada que otros años.

En la sección 'De sol a sol' que todos los días escribía en 'La Voz de Guipúzcoa' Alberto Pedrosa, 'Asordep', se hacía eco de la fiesta, de los cohetes, de los bailables, de la generosidad de la gente que llenó de dinero la bandeja petitoria del portalón, y de que a lo largo del día no se registrara ningún incidente.

Hoy día se ha perdido la costumbre de celebrar a Santa Rita y Santa Quiteria, aunque hay años que se les coloca en Portaletas y se les adorna con flores y guirnaldas, a cargo de gente que vive en el Muelle.


R.M. (22.05.1998)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entrada destacada

LAS CALLES ANTES DE 1813

Antes de la destrucción de San Sebastián en 1813, la ciudad era insalubre, mal ordenada, lúgubre. La actual Parte Vieja, que se levantó sobr...