1887 fue importantísimo para el futuro de San Sebastián. Aquel año, el 13 de agosto, iniciaba su primer veraneo la Reina Regente doña Maria Cristina, que permaneció en la ciudad hasta el 25 de septiembre. A excepción del año 1898, en que por razones de la guerra de Cuba no vino, no faltó la Soberana a su cita veraniega con San Sebastián, siendo su última estancia en 1928, falleciendo el 6 de febrero de 1929. No hace falta decir lo que la estancia de la Corte entre nosotros supuso para la ciudad, contribuyendo a hacer de San Sebastián uno de los primeros centrso turísticos de Europa. Fue para San Sebastián lo que la emperatriz Eugenia de Montijo para Biarritz, quien en compañía de su esposo Napoleón III visitó en diversas ocasiones nuestro pueblo, conservándose de su primer viaje una bella estampa que muestra Errege-Soro o campo de maniobras (Alderdi Eder) con un arco de triunfo, un alarde de tropas y las imperiales personas desembarcando en La Concha para entrar después en la ciudad por un boquete abierto en las murallas.
Pero volvamos a 1887, pleno de acontecimientos importantes y que se inicia con la inauguración el 1º de julio del Gran Casino, quemándose por la noche una colección de fuegos artificiales que no pudo ser la proyectada, de la casa Ruggieri, la más famosa de Francia, que había lanzado sus cohetes y bombas ante los reyes de la Casa de Francia y ante Napoleón, pues al no llegar a tiempo hubo de ser sustituída por una colección del pirotácnico local Esnaola, que tenía su taller en Morlans. Ese mismo día daba su primer concierto la Banda Municipal y la gente se reunió en el Boulevard para apreciar el arte de aquel nuevo conjunto. Dirigió aquel día la banda el maestro Rufo Montilla. Aquel mes, el día 18, comenzaba a funcionar el primer tranvía urbano, tirado por mula, con el recorrido Concha -Alameda - Ategorrieta, haciéndose en aquella jornada una recaudación de 570,90 pesetas.
El día 3 de julio se inauguró el frontón de Jai Alai, en Ategorrieta con un partido en el que jugaron Mardura y Baltasar Azpeitia contra Elícegui y Chiquito de Eibar. Pocos días después, el 31 de agosto, asistió la Reina Regente al frontón a presenciar el partido entre Mardura de Azpeitia y Chiquito de Eibar contra Elícegui de Rentería y Manco de Villabona. La Reina al ver la habilidad del manco, que tenía amputado un brazo, lo llamó al palco con quien estuvo charlando y demostrando el pelotari la habilidad que tenía, ayudándose con la boca, para manejar cualquier objeto. La Reina obsequió a los cuatro pelotaris con botonaduras de oro.
El 9 de septiembre, con asistencia de las personas reales, tuvo lugar la colocación de la primera piedra del monumento a Oquendo, que tardaría varios años en inaugurarse por diversas razones administrativas y económicas. Y aquel verano se instalaron las cuatro primeras lineas telefónicas con que contó San Sebastián y que iban al Palacio de Ayete, al Ministerio de Jornada instalado en el Hotel de Londres de la Avenida, al Gobierno Civil y a la Guardia Civil.
Visto a un siglo de distancia, se puede decir que ese año comienza a cambiar el rumbo de la ciudad que de ser un pueblo marinero y mercantil pasa a ser cosmopolita y turístico, predominando la hostelería sobre el tráfico mercantil y a los nombres de Lizasoain, Mercader, Arana, Osacar... sucederán los Dupouy, Galarreta, Juantegui, Lestgarens.....
R.M. - KOXKAS - D.V. 08/01/1987
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