Seis señores, que ese día no tenían otra cosa que hacer, se reunieron y para entretenerse y ahogar las penas se metieron entre pecho y espalda nada más que los siguientes comestibles y bebestibles : dos cabezas de cerdo, dieciocho patas de la misma clase de animalito, diez monumentales morcillas, diez celemines de alubias, dos kilos de torrijas, cincuenta litros de sidra y un barril de cerveza.
El periódico, al dar la noticia, decía que no sabía que más habrían ingerido aquellos comensales después del pequeño vermouth de marras. "Seguramente -agregaba- estarán despachando a estas horas las catorce ovejas que un automóvil mató ayer en las inmediaciones de Rentería. Si es así, que les aproveche y que sigan las tragaderas. Al fin y a la postre, esto vendrá a resultar un gran negocio para los farmacéuticos, que se van a hinchar de dinero vendiendo purgantes".
Aquellos días daba cuenta el periódico que en el cafe sito en la plaza de Bilbao esquina a Alfonso VIII, habían comenzado los conciertos gracias a un modernísimo aparato fabricado por la Casa Parel Losche de Leipzig.
El repertorio era variadísimo y selecto, trozos de óperas y zarzuelas, operetas españolas y extranjeras, fox, tangos y bailes populares.
El orquestal inaugurado era un mueble lujoso y severo de caoba, que armonizaba con el original decorado del café de Guipúzcoa. "La ejecución es perfecta y agradabilísimo el sonido de los distintos instrumentos que imita el aparato a base de un magnífico piano", escribía el periódico del que tomo estos datos y agregaba que el propietario del café, don Dionisio del Río, " que de antiguo tiene acreditado el buen servicio del café, donde se sirve éste de excelente calidad, y toda clase de licores de las más acreditadas marcas, tiene el propósito establecer un buen servicio de restaurante, a base de pocos pero selectos platos y a precios económicos".
Aquellos años los restaurantes anunciaban en los periódicos los menús que ofrecían a la gente.
Así, el Hotel Central, sito en la calle Mayor, sucesor del antiguo Parador Real anunciaba para un domingo de otoño de 1924, al precio de ocho pesetas cubierto, el siguiente menú : entremeses variados, huevos escalfados americana, filetes de lenguado Bercy, pollos de Bayona Villeroy, Chateaubriand maitre d'hotel, patatas Chipp, helado Praliné, Pastas, Quesos, Cestitas de frutas .
DV-R.M.-14/12/1994.
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