lunes, 18 de marzo de 2013

BATALLA CONTRA LOS INGLESES

Las costas de Guipúzcoa eran constantemente atacadas por actos de piratería, protegidos por autoridades inglesas, nuestras vecinas desde que se posesionaron de la Guyena, desde Bayona a Burdeos, al aceptar por soberano en el año 1154 a Henrique Plantagenet de Aquitania. Los piratas de aquellos días se amparaban en los puertos de Bayona, San Juan de Luz y Burdeos, siendo preciso terminar con el imperio del pillaje tan habitual en los siglos XII al XIV. 
La armada de Guipúzcoa se reforzó con navíos de Bermeo, Castro Urdiales y Laredo, totalizando 118 naves que fueron a Flandes y al Canal de la Mancha para enfrentarse a la armada más poderosa de la época. Era el mes de julio del año 1350 y la primera batalla se dió el mes de agosto, el día 13. El soberano inglés, Eduardo III, informado de los preparativos de los barcos del Cantábrico, se puso con sus dos hijos al frente de sus navíos y fue el 28 de agosto al anochecer cuando avistaron al enemigo cerca de la desembocadura del Rother, en las costas de Susex frente a los poblados de Rye y Winchelsea. "La batalla se dio el día siguiente, 29 de agosto de 1350, y fue de proporciones épicas -escribió Gregorio Hombrados Oñativia-. Duró todo el día y con grandes pérdidas por ambas partes, su resultado inmediato fue incierto, pues los historiadores divídense en sus opiniones. Se calculan unos diez mil muertos de cada una de las partes con más de un centenar de naves hundidas en total, sin otro resultado inmediato que el de haber remitido el ataque que podía volverse a dar cualquier día".
Eduardo III dirigió personalmente el combate y quedó admirado de la tenacidad en la lucha "que llegaba a tal extremo" -dice un historiador inglés-,"que preferían morir peleando que rendirse aún cuando vieran ya perdida su nave, y cuando ya caía el día y estaba decidida la batalla a favor de Inglaterra, tuvo que ir matando a todos los españoles que se encontraban en veinticuatro grandes navíos que no cesaron hasta hundirse". Apresaron veintiseis grandes barcos, habiendo ido a pique los demás. Eduardo III hizo acuñar moneda en memoria de esta batalla, diciendo el historiador flamenco Jacobe Meyer que "los ingleses no lograron salir con sus propósitos de destruir la escuadra española". Como consecuencia de esta batalla hubo tratados de alianza, de paz y de mutua consideración. En Londres el 1 de agosto de 1351 se firmó una paz que fue la base de los tratados que se concertaron por Guipúzcoa posteriormente, como consecuencia de aquella batalla de Rye Winchelsea.

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