jueves, 8 de septiembre de 2022

CONMEMORACIÓN EN ZUBIETA

Conmemoración en Zubieta


¿Vamos los hombres de hoy perdiendo la memoria de los hechos de ayer? ¿Echamos al des Iván del olvido la historia que escribieron nuestros mayores? ¿Cómo no recordamos como se merecen las reuniones de Zubieta y organizamos actos conmemorativos del hecho y de los hombres que alli se reunieron?

Durante muchos años, los donostiarras evocaban emocionados aquel acto fundamental para el San Sebastián que había quedado totalmente destruido y que ellos, en medio del dolor, supieron hacer que renaciera de sus cenizas en 1813. Vea el lector cómo celebraban nuestros mayores, en 1878, la histórica fecha y compare aquello con lo que se hace hoy.

El 15 de setiembre hubo varias misas rezadas en Zubieta, y la mayor la celebró el presbitero don Ignacio Música, presidiéndola el alcalde pedáneo del barrio; el alcalde de San Sebastián, don José Maria Insausti, y va rios concejales. Predicó en vascuence el presbitero don Isidoro Bengoechea.

La charanga y el tamboril tocaron alternativamente desde las nueve y media de la mañana, primero frente a la fachada de la casa de Aizpurua, en la que se halla la lápida conmemorativa dedicada a los alli reunidos en 1813 y que habia sido colocada el 9 de setiembre de 1877, y después recorrieron las inmediaciones de las casas centrales del barrio e iglesia.

Terminada la misa mayor, los alcaldes y autoridades fueron al son de la música y del tamboril frente a la casa de Aizpurua, donde los trovadores vascos Manuel de Sagardia 'Olloquiegui' y Juan José de Alcain Udarregui' cantaron versos en loor de los patriotas que alli se reunieron. Era emocionante oir a 'Olloquiegui', octogenario, con el cabello blanco y su potente voz evocar las históricas reuniones. El señor Soraluce, que organizó los actos civico-religiosos, leyó una poesia que había recibido por correo de un anónimo autor, en la que contaba cómo de niño habia oido referir a su abuelo que la ciudad incendiada nació de sus cenizas y vio en un sueño cómo San Sebastián, cual cisne levantado del mar, presentaba la esbeltez actual. Que el pájaro llevaba en el pico una cruz con dos banderas, la española y la de San Sebastián, y que al despertarse, vio que este pájaro no era otra cosa que la ciudad floreciente ya. Desde las once y cuarto hasta las doce duró la actuación de los bardos guipuzcoanos.

Hubo luego una comida en la isla Urbitarte, y terminada ésta, continuaron los actos en la plaza pública con aurreskus y zortzikos. y después bailes del pais. Se jugaron partidos de pelota a rebote y a blé y una docena de discípulos de Marcelino Soroa hicieron varios ejercicios gimnásticos de barra

Los cohetes voladores, en diversos momentos del día, recordaban las fiestas que alli se celebraban.

El miércoles 18 de setiembre se descubrian en las dos esquinas de la calle de San Jerónimo con el Boulevard dos lápidas que dicen, pues siguen alli 31 de agosto 1813. Los aliados toman por asalto esta ciudad ocupada por el ejército invasor; la incendian, la saquean y degüellan gran número de sus moradores». 8 septiembre 1813 Reunidos en Zubieta los habitantes dispersos a consecuencia de la hecatombe del 31 de agosto, acuerdan reedificar la ciudad, presa todavía de las llamás.


9 septiembre 90 KOXKAS R.M

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