LAS REGATAS EN VERSO
Luis Pérez Solero era un burgalés que se enamoró de San Sebastián y aquí procuraba pasar los veranos, mientras trabajaba en una casa de vinos de solera de Jerez de la Frontera. Y de su ingenio nacieron muchos versos que cantaban los encantos de San Sebastián. Entre ellos, dedicó uno a las regatas de traineras, que voy a reproducir. Los escribió en 1950.
«¿Qué espectáculo se acerca / a las grandiosas regatas / de traineras? ¿Ni qué alarde / de lo que vale una raza / puede darse en parte alguna / -en una lucha esforzada / donde el brio y el coraje, / tajando el mar a paladas/ con impetu sostenido / que se crece a la llegada-/ como el que dan los remeros / en las aguas donostiarras?
¡Tampoco existe escenario / ni más bello panorama, / cual los montes que circundan-/ esta ciudad, limpia y clara / Montes, cubiertos del todo, / por muchos miles de altas / al igual que los paseos, y la arena de la playa, / y los viejos tamarindos.../y tejados... y terrazas.
En la bahía, por cientos, /-y dibujando en la plata / de su incomparable espejo / curvas de espuma muy blanca-/vaporcitos... y balandros... / y piraguas... y barcazas... / llenando de mil colores, / en vibrantes pinceladas, el cuadro más refulgente de esa esplendida mañana / que brilla con la luz del sol, o... de nubes... o con aguas; no importa la luz del cuadro,/ ¡importa sólo la hazaña!
Cuando el inmenso gentio / ya después de la «arrancada»>, / se queda inquieto, en silencio, / y ve volver las traineras / sin distinguir las distancias, / (porque son cuatro puntitos/donde la vista no alcanza) / brotan murmullos, rumores, / y en los pechos grandes ansias / de averiguar, de los cuatro, / cual es el que se adelanta... Y los rumores, creciendo en tormenta se desatan, / entre atronadores ruidos, / de las sirenas que claman / rugiendo, roncos o agudos....
Luego, los gritos que estallan. /animando a los remeros, / desgarrando las gargantas, / culminando en un estruendo / como si el mundo explotara / entre bocineo, disparos, / gritos, saltos y... algazara / de todos los que ganaron,/ furia de los que fracasan...! Y truenan los alta voces / y por las calles avanza/ un gentio desbordado en increible avalancha, / a incrustarse entre los arcos, / jay, Parte Vieja,! en su plaza. El bloque humano se funda,/ y su oleaje, se calma. / Un minuto de silencio... y un vaivén de marejada... /y... ya se abren los balcones de la municipal Casa, / ¡Qué griterío imponente! / ¡Qué rugido el de la masa! / Qué recio asoma el Patrón, / agarrando por el asta, /su bandera... la del triunfo, / cual si otro remo agarrara y trazase por el aire / como la trazó en el agua / ¡una cruz de bendición / al triunfo de nuestra raza!»>.
10 septiembre 2002 - KOXKAS - R.M.
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