viernes, 9 de septiembre de 2022

N.S. DE ARANZAZU

 N.S. de Aránzazu


El Marqués de Seoane fue un investigador de nuestra historia y publicó muchos de sus estudios en los periódicos, editando varios libros. Uno de éstos salió a la luz en 1907, impreso en San Sebastián por la imprenta y encuadernación de J. Baroja e hijo, plaza de la Constitución, 1, 2 y 3. Entre los documentos que figuran en estas -Miscelaneas históricas referentes a Guipúzcoa- está el relato de cómo fue hallada la imagen de Nuestra Señora de Aránzazu en un desierto de la villa de Oñate». Dice así el documento:

“El año mil cuatrocientos sesenta y nueve en un profundo inhabitado yermo, del término de la villa de Oñate, a las faldas de la gran montaña, en donde guardaba ganado un mozo llamado Rodrigo de Balcaztegui, de la vecindad de Virivarri de la villa de Oñate, que estaba guardando las cabras de su casa, un día sábado, a este mozo se le apareció en aquel profundo valle, sobre un espino verde una devota imagen de la Virgen María, de pequeña proporción con la figura de su hijo puesto en sus brazos y una campana a manera de grande cencerro. De este caso impensado se admiró el pastor y juzgando ser cosa de Dios, rezó el Ave María y otras oraciones y con grande reverencia cubrió la santa imagen con ramas y otras cosas.

Vino a la noche con el ganado a su casa donde refirió el caso y después fue avisada la Justicia y el Ayuntamiento de Oñate y guiados por el pastor hallaron la santa imagen puesta en el espino.

Quedáronse todos, espantados de rodillas, dieron gracias a Dios y a la Virgen y luego en el mismo puesto en tablas fabricaron una ermita. dándole el nombre de Nuestra Señora de Aránzazu y habiendo republicado el milagro, le hicieron mucha adoración y devoción las gentes que comenzaron a visitarla.

Luego se fundó el convento siendo el primer religioso Fray Pedro de Arriarán, guipuzcoano, y habiendo dejado por tiempo la fragosidad de la montaña, los mercenarios entrasen en posesión, los religiosos de San Francisco con los cuales quedó Fray Pedro de Arriarán, tomando su hábito y después vinieron a visitarla los Dominicos y después fue restituida a los Franciscanos de la Orden Tercera y en veintiséis de diciembre del año mil y quinientos cincuenta y dos, se quemó de repente toda la casa, quedando solo la iglesia y el año de mil seiscientos veintidós se quemó toda la casa e iglesia excepto la capilla mayor donde está la imagen, y para la reedificación se hicieron muy grandes limosnas por todas las villas y lugares de la provincia de Guipúzcoa-.


R.M. 9 septembe 93 KOXKAS


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