'Otello'
VICENTE Escudero era el crítico musical de EL DIARIO VASCO y firmaba sus crónicas con el seudónimo de Tristán de Easo. Reunía en su persona la modestia y el conocimiento musical. Cuando hacía un elogio de un artista o una obra, valía oro, pues todo el mundo sabía que los juicios que emitía Escudero eran acertados y justos.
Por eso a todos los que trabajábamos con él hace cuarenta y tantos años nos llamó la atención cuando una noche llegó a la redacción más locuaz que de costumbre y lo primero que dijo fue: «Vengo de asistir a la mejor representación de una ópera que recuerdo. Y he seguido muchas en mi vida».
Venía del Teatro Victoria Eugenia donde aquella tarde del 10 de setiembre de 1954 se había representado la ópera Otello, dentro del programa de la Quincena Musical. Y venía entusiasmado. No era para menos la cosa, pues aquella representación había reunido elementos de excepcional valía en el foso y en la escena.
Allí estuvo aquel día el maestro Emilio Tieri, músico de gran talento y exquisita sensibilidad, y allí estaba nada menos que la orquesta del Mayo Florentino, joya y garantía del buen éxito de la reunión y que desde el primer compás supo dejarse sentir, a lo largo de los cuatro actos, como protagonistas por su calidad, matices y unidad que ofreció en todo momento. Esto era algo de lo que escribió aquella noche nuestro compañero Escudero.
Todos bordaron la ópera de Verdi. Y si me he referido a la orquesta del Mayo florentino, no puedo silenciar a nuestro Orfeón Donostiarra. Allí estaban ochenta voces seleccionadas, impresionando al público. Y en el escenario el tenor dramático Vittorio de Santis, una voz y un actor, que se paseó por las regiones agudas y centrales con una naturalidad que ponía a prueba sus facultades técnicas. A lo largo de los cuatro actos supo estar en su lugar y hacer un papel con una naturalidad y un dominio de la escena excepcionales.
Y junto a él, la soprano Cesy Broggini, artista y cantante, que parecía que el papel de ‘Otello' había sido escrito para ella. Su dirección, dulzura y espiritualidad imprimieron a la escena un carácter encantador. Y además era bellísima y delicada. Cautivó aquella voz, una de las más ricas y puras de la lírica italiana. Fue la triunfadora junto a Vittorio de Santis. También triunfaron aquel día nuestros Carlos Munguia, Joaquin Deos y Licia Galvano
Otello volvió a representarse el domingo, 12. Dejó un gratísimo recuerdo que perduró durante mucho tiempo en los anales de la vida artística donostiarra.
10 septiembre 97 KOXKAS - R.M.
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