El Cristo de Lezo
LOS poblados tienen diferentes nombres según su categoría: ciudad, capital, villa, concejo, universidad, alcaldía, lugar, barrio, etcétera. Lezo era Universidad, que significaba conjunto de linajes o vecindades que estaban unidos por intereses comunes. Pues bien, a Lezo todos los 14 de septiembre acudía muchísima gente de toda la provincia, de la de Vizcaya y de Francia.
Los romeros se postraban ante el famoso Cristo de Lezo y le pedían, según escribió Francisco López Alén, «unos la salud suya o de algún familiar, otros que la cosecha fuera de resultados óptimos, que el viaje largo del hijo o del hermano fuese feliz, que el fallo del litigio fuera favorable, el matrimonio sin descendencia pedía un vástago, y en fin que no hay creyente que no venga sin causa, sin motivo y sin su consabido por qué».
El progreso ha hecho cambiar la forma de viajar pero hace siglo y medio era éste: los kostarrak o vecinos de la costa, hacían la expedición en lanchas a vela. Las embarcaciones atracaban en el puerto de San Sebastián de madrugada y de aquí tomaban el camino del santuario, lanzando a los aires el zantzo e irrintzi. Los que venían del Goyerri venían andando, de monte en monte unos, por el camino real otros, llevando los guizones las chaquetas colgadas del makilla, a manera de armas al hombro. Y aunque el día fuera espléndido, todos los caseros venían con su paraguas debajo del brazo, como una pica.
El Ayuntamiento de San Sebastián se sumaba a la fiesta, engalanaba la casa consistorial, tocaba el tamboril y en la Plaza Nueva había fuegos artificiales, toro de fuego y chupinazos.
El Santuario de Lezo se levantó en el siglo XV y en el transcurso de los años se llevaron a cabo diversas obras. El origen del famoso Cristo tiene diversas versiones. Unos dicen que cuando los vecinos de Oyarzun estaban enfrentados unos contra otros por razones materiales, unos individuos de Lezo que se incorporaron a las armas del Valle descubrieron cerca de Urdaide el crucifijo. Otros sostienen que en tiempos del cisma de Enrique VIII de Inglaterra fue traído desde allí con otra imagen de la Virgen que se conservó en el convento de San Telmo. Por último, según los más versados en la historia, fue hallado en la bahía de Pasajes. Hubo litigio sobre a quién pertenecía, pero fue la misma imagen quien lo resolvió, pues apareció tres veces en el mismo sitio, el que ocupa ahora. El Cristo de Lezo ha sido la imagen con la advocación más arraigada entre la gente de mar, y así sabemos que en el siglo XVII las naves de la Armada Real al pasar a la altura de la Universidad saludaban al Santuario con veinte cañonazos o tiros de bombarda.
R. M. 14 septiembre 2001 KOXKAS
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