jueves, 8 de septiembre de 2022

LAS REUNIONES DE ZUBIETA


 Las reuniones de Zubieta


Todavia humeaban las ruinas de San Sebastián y aún estaban calientes los cadáveres de la gran tragedia del 31 de agosto de 1813, cuando el 8 de setiembre se reunieron en la casa solar de Aizpurua de la comunidad de Zubieta, previo mutuo aviso y acuerdo, viniendo desde Pasajes, Orio, Usurbil e Igueldo, don de se hallaban refugiados, Miguel Antonio de Bengoechea y Manuel de Gogorza, alcaldes y jueces ordinarios, José Santiago de Claessens, José María de Eceiza y Joaquin Bernardo de Armendariz, regidores y sindico del Ayuntamiento de San Sebastián; Joaquin Antonio de Aramburu, prior del cabildo eclesiástico, Joaquin Santiago de Larreandi y Joaquin Pio de Armendariz, presbiteros beneficiados; Juan Luis de Berminghan y Bartolomé Olózaga, prior y consul del ilustre consulado, José Maria de Soroa y Soroa, Evaristo de Echagüe, José Elias de Legarda, José Ignacio de Sagasti, Sebastián Ignacio de Alzate, Francisco Antonio de Barandiarán, Rafael de Bengoechea, Manuel Riera, Domingo Galardi y el secretario de la corporación José Joaquin de Arizmendi. La lectura de las actas de aquellas reuniones resulta emocionante. Después de un rato de triste y prolongado silencio interrumpido por los sollozos y lágrimas excitadas al verse reunidos los señores concurrentes, pálidos, macilentos, traspasados de dolor y desarropados los más, hablaron alternativamente los dos señores alcaldes aplaudiendo el celo patriótico que manifestaban todos est tos señores con haberse reunido aqui, abandonando sus familias y olvidando sus particulares desgracias, a tratar del partido que habia de tomarse en estas tristes circunstancias a favor del vecindario... decia una de las actas.

¿Y qué acordaron aquellos señores? Sentaron los cimientos. del renacimiento de San Sebastián patriótico-religioso-social-civil y politico administrativo.

Invocaron el espiritu patrio: Imitemos la magnanimidad de nuestros antepasados, sin abatirnos por la espantosa calamidad presente. :

Invocaron el espiritu religioso: Conservemos nuestros templos.

Invocaron el espiritu social: Adoptemos los medios más eficaces de que no se disperse y emigre a otras provincias parte del vecindario que se ha salvado.

Invocaron el espiritu civil y politico: Erijamos un Ayuntamiento que reúna la voz, representación y derechos de todos los vecinos y lleve el nombre de la ciudad de San Sebastián para que suene su existencia politica, ya que ha desaparecido la fisica por su quema total.

Invocaron el espiritu administrativo y de reconstrucción al adoptar medidas con tal fin, buscando recursos, dirigiéndose a la Diputación, al general Wellington a la Regencia, a Londres.

El dia 9 hubo dos  reuniones  a las que acudieron, además de los citados anteriormente los señores José Fermin de Minondo, Manuel Vicente de Añorga, José Manuel de Aizpurua, Juan Fermin de Irigoyen y Araeta, Juan Miguel de Aizpurua, José Joaquin de Lasarte, Juan José de Goya, Juan Miguel de Zatarain, José Antonio Alliri y Juan Agustin de Añorga. El donostiarra de hoy ha olvidado en gran medida estas históricas reuniones de Zubieta, en las que nació el San Sebastián de nuestros dias. Convendria que de vez en cuando volviéramos la vista al recoleto lugar y echáramos un vistazo a las actas levantadas por el secretario de la corporación municipal. 


9 septimbe 89 - KOXKAS - R.M.


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