sábado, 21 de mayo de 2022

MANOLO MÚGICA

 Manolo Múgica


Un donostiarra auténtico, que llenó muchas horas del San Sebastián apacible de finales del XIX y principios del XX fue Manuel Múgica Galardi que, injusticias de la vida, pronto fue olvidado.

Había nacido el año que se aprobó el derribo de las murallas. y toda la vida la desarrolló en las proximidades de su casa, en la plazuela de las Escuelas. Fue en su actividad profesional interventor de la Fábrica de Tabacos. y administrador de fincas. Hombre campechano, abierto, amigo de los pescadores y de la gente sencilla, todos le querían.

En la Sociedad Coral, antecedente del Orfeón, lo fue todo. Secretario de la junta, hacía los recibos, extendía los oficios, escribía las actas, resolvía los problemas. No se contentaba con eso, pues además de cantar -y con la Coral lo hizo en Pau, París y Madrid- escribía la letra a los coros y hacía de payaso y pocos clonws profesionales trabajarían tan bien como Múgica, pues estaba dotado de una vis cómica única.

En la Fraternal, de la que también era socio, estrenó un primero de enero, día de los Manolos, una zarzuela que había escrito para la fecha, a la que puso música Manuel Bago, siendo los actores los Manueles -Mercader, Tornero, Márquez, Arrese,, actuando de telonero Manuel Umerez y de apuntador Manuel Mateu.

En unos carnavales se representó, esta vez en la Unión Artesana, otra zarzuela suya titulada «Sesión del Ayuntamiento», en cuya letra colaboró Praxedes Diego Altuna, escribiendo la música Manuel Bago y José Erviti. El éxito fue inmenso, se representó tres días y la Unión Artesana, además de nombrarles a los autores socios de honor les dio una parte de la taquilla, con la que estos organizaron una excursión a Burdeos.

Este éxito animó a Múgica que escribió también para la Unión Artesana una astracanada titulada “Lucas Gómez”, un disparate que protagonizó con la gracia e ingenio en él habitual el legendario y fabuloso Pepe Artola. Entre otras cosas que escribió hay que citar un monólogo «Lección de historia», chispeante, que hizo las delicias de los donostiarras y “Pésame y enhorabuena”, ésta en colaboración con Práxedes Diego Altuna, que la gente no entendió lo que amargó mucho a sus autores.

Además escribía graciosos artículos en los periódicos. Fue uno de los fundadores del semanario «La Galerna», y en sus páginas, con el seudónimo del «Galernazo» dejó numerosas pruebas de su ingenio, siempre fértil y agudo. En una ciudad pequeña, donde todo el mundo se conocía, se seguía con particular interés además de la política municipal, la vida y milagros, los sinsabores y venturas de los vecinos. Manolo Múgica hacía una crítica constante a todo, escribiendo versos alusivos a los grabados que ilustraban el semanario. A un caserío de Loyola que tenía una lápida por haber estado en él la Reina Isabel II le puso estos versos: «Histórico monumento/ o que al menos por tal pasa;/ se hizo histórica esta casa/ por cuestiones de momento».

Al morir el 22 de mayo de 1908 n periódico escribía de él: «Jovial, decidor y franco, fue el prototipo del verdadero joshemaritarra, castizo, de pura raza donostiarra que va desapareciendo muy lentamente»


R.M.


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