sábado, 21 de mayo de 2022

RECIBIMIENTO A PAULINO

 Recibimiento a Paulino


Pocas veces se había visto tanta gente gritando por las calles de San Sebastián como aquel mediodía del domingo 23 de mayo de 1926. Hombres y mujeres, neskas de caserío y señoritas del Náutico, jatorras de la Parte Vieja sesudos varones del Club Cantábrico, mezclados desde el Antiguo hasta la plaza de las Escuelas, aclamaban a Paulino Uzcudun, el nuevo campeón, el mutil de Régil que acababa de derrotar en Barcelona a Spalla y conseguido el título europeo de boxeo.

El combate había tenido lugar en la plaza de toros Monumental de Barcelona el martes 18 y tras doce asaltos ganó Paulino a los puntos. La gente de San Sebastián esperaba el resultado y los radioescuchas de entonces, con los auriculares incrustados en las orejas, intentaban captar Radio Barcelona que daba noticias del match. En Radio San Sebastián, en la avenida de la Libertad, se había instalado un altavoz, lo mismo que en algunos cafés y a las 12,21 de aquella noche el gong ponía fin al combate, expresando la gente su alegría por el resultado. En Régil, pueblo natal de Paulino, el vecindario con tapas, cacerolas y pucheros se fueron a dar la serenata al caserío Guruteaga donde vivía Joaquina Eizmendi, madre del púgil, que había encendido unas velas a San Antonio y que tenía confianza en su hijo, quien le había dicho antes de partir: «A ezpara txirtxil dei goñet» (a la astilla la hago virutas).

Inmediatamente se formó en San Sebastián una comisión para organizar el recibimiento al campeón. Los señores Galdós, Arzubialde, Zuzuarregui y Mendizábal convocaron al vecindario para el domingo en el itinerario que seguiría el campeón. Perla del Océano, Zubieta, Easo, Avenida, Churruca, plaza de Guipúzcoa, Peñaflorida, Garibay, Boulevard, San Jerónimo, Embeltrán y plaza de la Escuela, donde se hallaba Kojuenea, el restaurante de Justo Oyarzábal, el gran amigo y mentor de Paulino.

Unas 40.000 personas recibieron al campeón. Al llegar su coche, que conducía Santiago Niñerola, organizador del combate, se formó la comitiva. En primer lugar iban los txistularis municipales y la banda de la Unión Bella Irutxulo, después los euskalbilleristas con su bandera, luego la banda La Armonía a la que seguían los socios del C. D. Loyolatarra que llevaban también la bandera de la sociedad. A continuación, un grupo de gimnastas con un cartel de bienvenida, tras ellos los coches que conducían a los organizadores del recibimiento y por fin el auto en el que viajaba Paulino.

Él cortejo avanzó lentamente, pues la gente quería estrechar la mano del campeón, llegando a la plaza de las Escuelas, totalmente ocupada por la gente, a la 1,30. La fonda de Oyarzábal lucía un cartelón saludando a Paulino, estando engalanados los balcones, hallándose en el centro una bandera de San Sebastián. Sobre el campeón caen las flores que lanzan desde los balcones de la plaza las mujeres. Uzcudun sale al balcón, la gente le pide que hable pero el vencedor llora y saluda juntando sus manos....

Al día siguiente Régil le recibe como a un héroe con una pancarta que dice «Errikosheme Paulino Uzcudun Europako kapilkariel txapelaunarl». Va a abrazar a su madre quien le había dicho: «Tú vence, pero no hagas daño, que los demás también tienen madre»..

Creo que nunca recibió San Sebastián a nadie con tanto calor como a Paulino.


R. M.


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